Séptimo de burrería 2: Leyendas del Colt sigue creciendo

Publicado el 16 marzo 2018 por Tomas
En mayo de 2017, en Inicia Literaria quisimos recuperar las viejas y leales novelas del Oeste españolas, las novelas de a duro que Bruguera y otras editoriales publicaron por miles en formato bolsillo, que inundaron los quioscos españoles durante más de cuarenta años y que tanto gustaban al público en una época en la que el western era el género estrella del entretenimiento popular. Y así nació Leyendas del Colt

En mayo del 2017, comencé a escribir novelas del Oeste con el seudónimo de Kenneth James. Desde ese momento, hablé de él como si fuera otra persona, e incluso le hice una entrevista en este mismo blog. Cuatro novelas ─o novelettes─ y casi un año más tarde, ya puedo valorar lo que ha supuesto para mí ser Kenneth James. 
Leyendas del Colt consta, hasta el momento, de cuatro títulos: Acaba con ellos, Cassidy, ...Y el Infierno le seguía, Luna Comanche y Mientras queden balas. Todos con ilustraciones de cubierta de SamCube, portadista de la colección, cuya aportación al proyecto es inestimable. Cada una de ellas es más extensa que la anterior. La primera es poco más que un relato largo en cinco escenas, supera por poco las diez mil palabras. La cuarta pasa de las veinticinco mil.
Esto quiere decir que Leyendas del Colt ─o Cassidy, para abreviar, pues el diablo irlandés está, por el momento, monopolizando la colección, que en principio está destinada a todos los autores de western, no solo a Kenneth James y a su creación─  me está ayudando a desarrollar «músculo» como escritor, pues uno de mis problemas es darle extensión al texto, darle consistencia. Mis escritos siempre son muy breves, muy escasitos. Y a base de trabajar y de escribir como Kenneth estoy complementando la tarea de escribir como Tomás Rivera.
Me ha permitido también escribir un género que no habría practicado de otro modo. Mi «carrera» como escritor es bastante errática y no demasiado prolífica: algunos relatos y dos novelas cortes de géneros dispares: realismo mágico, costumbrismo, ciencia-ficción... la mayor parte no la publiqué porque pienso que no tiene la calidad suficiente. Bien, pues siendo Kenneth James puedo publicar vaqueradas, que por otra parte me gusta firmar con seudónimo, como ya comenté más veces, para homenajear a los grandes autores de este subgénero: Silver Kane, Curtis Garland, Keith Luger, Clark Carrados... incluso Marcial Lafuente Estefanía, que usó su verdadero nombre, aunque después lo emplearan sus sucesores para seguir firmando sus propios libros.

El western me ha servido, en un ámbito personal, para sentirme más cerca de mi padre, que falleció hará pronto cinco años y que era un gran aficionado a las películas del Oeste y a las novelas de a duro de Estefanía. No era un gran lector y, salvo manuales de fotografía ─su otra gran pasión─, la prensa y bolsilibros, nunca le vi leer otra cosa. Pero pienso que, como Kenneth James, estoy escribiendo novelas que a mi padre le gustaría leer, y que lo haría si tuviese ocasión. Puesto que el western era algo que nos unía ─de niño, como ya conté en la entrevista, vi docenas de películas con él, sentado en en suelo con mi rifle de plástico, mi sombrero y mi placa de sheriff─, escribir y publicar Leyendas del Colt me ayuda a recordar buenos momentos para mí, como ver Los siete magníficos o Raíces profundas en la tele con mi padre tantas veces como las repusieran, o la ilusión que le hacía vernos abrir los regalos de Reyes y descubrir el Madelman trampero o el Fuerte de Comansi.
La serie Leyendas del Colt está disponible gratuitamente o en pago social ─esto va en los días─ en Lektu. Por mi parte, espero que sigamos creciendo juntos.