La verdad es que me lastima que haya argentinos que hinchen por otros equipos. No lo puedo tomar en joda por más que sea fútbol. Creo que esos comportamientos marcan la gran crisis que exhibe la sociedad argentina. Estamos tan superficiales que nos importan poco nuestra historia, nuestros símbolos, nuestra identidad. No tenemos orgullo de ser argentinos.
Yo no puedo entender que, porque no hay jugadores de su club, muchos vayan contra la selección. Amigos hay, quizás, mas jugadores locales de los que debería. Este momento del fútbol implica que los buenos jueguen en Europa. Pero siguen siendo argentinos. Representan formalmente a todos nosotros.
Saben, yo no les creo. Entiendo que buscan una excusa para no soltar sus internas y legítimas emociones. Como nadie les asegura la consagración tienen miedo. Se confundieron con lo que costó la clasificación. Están perdidos, errados.
Respeto el fútbol y la tradición de todos los países que participan. Sé que un grupo importante está en condiciones de campeonar. Nosotros estamos en el lote. Nadie ganó nada todavía. Cuando comience el juego veremos quién rinde y quién no. Pero como estamos ahí debe prevalecer nuestro sentido de pertenencia. No nos podemos calzar otra camiseta. La nuestra es la celeste y blanca.
Hoy, a pocas horas del debut pongamos buena onda. Preparémonos para vivir apasionadamente este mundial. No jodamos con renegar de nosotros mismos. A los que hinchan por otros países, les pido honestidad intelectual y coraje.
En primer lugar quiero que Argentina sea campeón. Que se consagren Maradona y Messi. Que los otros muchachos sean piezas fundamentales de un gran equipo. Después voy por Chile, porque Bielsa es un gran entrenador y es argentino. Por el compatriota Martino, en tercer lugar banco a Paraguay. Y por hermandad a Uruguay.
No se pierdan la oportunidad de vivir un intenso mundial. Nos podrá hacer llorar o reír. Quizás seamos muy felices. No importa. Lo bueno es ser Argentino.
Omar Cerieldín
Columnista Especial