“Ser creyente o masón en Cuba no era un delito, pero sí un estigma”

Publicado el 06 noviembre 2017 por Habitalia

La agencia recuerda que "Cuba fue el único país socialista donde continuaron funcionando y trabajando los talleres masónicos". En gran medida por el hecho de que la figura más emblemática de la historia cubana; José Martí, tenía la condición de Querido Hermano.

La evolución de la persecución de la Masonería en Cuba tuvo una vida paralela a la de la Iglesia. " En abril de 1961 Fidel Castro se declaró socialista; nacionalizó la enseñanza y promulgó una reforma urbana, cortando las fuentes de financiamiento de los masones y las iglesias"; explica AFP. " Ser creyente o masón, no era un delito, pero sí un estigma que limitaba el acceso a puestos del Estado, el empleador del 90% de los cubanos", añade. De 34.000 miembros, la Gran Logia quedó reducida a 19.500.

A partir de 1991 " el Partido Comunista se abrió a los creyentes y miembros de fraternidades" y " una gran cantidad de hombres jóvenes se interesaron en ingresar a la Masonería" hasta alcanzar los 27.800 Queridos Hermanos integrados en 321 Respetables Logias que " militan por un reconocimiento social, ético y moral, y practican la solidaridad ".

Fuente: El Oriente