Empiezo diciendo que ser madre debería ser una opción, no puedo creer que en pleno 2019 aun haya gente que se opone a esto, nadie debería verse obligada a asumir la maternidad y mucho menos así como están los tiempos . Hoy en día ser madre es complicado, no digo que antes no lo era, siempre ha tenido un grado de dificulta, pero, ahora el ritmo de vida es cada vez es más acelerado, ya no hay tiempo para disfrutar de la briza del viento, todos caminan de un lado a otro como si el diablo les estuviera pisando los talones y no dudo que sea así, perder tiempo es perder dinero. La vida se a convertido en una carrera, de la cual el que se detiene pierde y no digo que este mal, solo que, lo más importante es vivir ¿de qué nos servirá el esfuerzo de tener lujos o la casa más grande del barrio si estamos muertos?
Cuando me convertí en madre acababa de terminar una carrera técnica, llevaba dos años con mi pareja actual y padre de mi pequeño, jamás imagine en mi vida que sería madre por aquel entonces. La opción de abortar jamás pasó por mi cabeza en un principio y aunque lo hubiera querido, no es legal en mi país, Chile. Cuando les dije a todos no dimensionaba la gran responsabilidad que se me venía encima, siempre me dije que, si algún día tenía un bebé sería madre 24/7 ¿cuál es la gracia de tener un hijo si a los 4 meses pasará la mayor parte del tiempo en una guardería? No podía aceptar algo así, por lo mismo, me decía que mi situación económica tenía que ser la mejor, pero, en aquel entonces no estaba trabajando y mucho menos ejerciendo lo que había estudiado por temas legales de inscripción.
El tema es que siendo embarazada pase al otro lado de la vereda, me di cuenta que la gente vive su metro cuadrado y no le interesa por ejemplo; empujar, golpearte con la cartera, bolsos grandes y codos tu panza, solo por subir o tocar asiento en el transporte público. Tuve muchos «roces» que no me gustaron ¿cómo no se dan cuenta que es una embarazada? ¡Claro, no esta enferma o discapacitada! Eso lo sé, pero, uno no sabe las historias que hay de fondo en cada persona, por poner otro ejemplo; mi embarazo en un principio fue de riesgo, permanecí en cama un mes y hubiera sido más, si no hubiera sido por mi porfía de levantarme, ese va para otro tema, la cosa es que, uno tiene cosas que hacer y si andas caminando por el centro con 7 meses, es por algo no por salir a pasear.
Cada persona vive tormentos y problemas que obviamente no sabemos y si se ponen a pensar ¿qué pasa si esa mujer embarazada se cae? un golpe a los siete meses de embarazo es letal, parto prematuro de seguro y así podría seguir, pero, como si eso no fuera suficiente una vez que tienes a tu hijo en los brazos, la sociedad te respeta menos y las que tenemos niños lo sabemos bien. Pero, eso no es todo, porque a medida que los niños crecen, quieren jugar, gritar, llorar y vienen las famosas crisis de los 2 años, los 3 y así y de pronto tú hijo está en pleno centro llorando a mares y uno como madre primeriza no sabe que hacer o si sabe, porque tal vez en casa te ha hecho las mismas cosas, el tema es que cuando estás en ese momento, la gente te mira de una forma, como esperando el momento para criticarte ¡sí, lo que leíste! No están ahí al pendiente para ayudar, si no, para hundirte aun más en esa desesperación y ese cúmulo de problemas detrás que se juntan, depresión, problemas maritales, dinero.
Ahora viene otro tema que en lo personal me acompleja demasiado, el trabajo, en mi caso soy dueña de casa. Mi hijo tiene 2 años y tantos, en los cuales me he dedicado exclusivamente a su cuidado, el tema es que, ahora quiero ingresar en el mercado laboral. Un verdadero reto ¿verdad? Y vaya que lo es, porque no cuento con experiencia más allá de las prácticas profesionales, no tengo muchas habilidades para ejercer en ventas (ya lo intenté y fue una mala experiencia), y se suma el siguiente problema ¿con quién se queda el niño? ¿Con la abuela materna? ¿Con la tía? ¿ Papá tal vez? Sí, podrían ser buenas opciones, pero… ¿Qué pasa si no cuentas con nadie? En mi caso, no tengo familiares cerca y mi esposo trabaja y estudia de noche… ¡imposible! la única alternativa que me queda, ya que pagar es impensado por el sueldo miserable que ganamos casi todos los chilenos en este país; el jardín y como ya lo adivinaran, también surge un problema; «los que son prioridad»
Ya, digamos que pasamos y tenemos guardería ¿qué viene después? Eso aun no lo sé, tendré que averiguar y decirles, de lo que si sé, es que tampoco será fácil ¿si se enferma me darán permiso en el trabajo? ¿Podré estar con él en navidad? Son tantas las preguntas que me hago y que me duelen, al saber que me perderé un montón de cosas, pero, al mismo tiempo, mi deseo de crecer profesionalmente es igual de fuerte que lucha con el de ser madre y verlo crecer en todos sus sentidos.
Siendo dueña de casa he sentido el peso de la sociedad, hay que tener agallas para ser madre, profesional y dueña de casa, en un mundo donde los hijos pasan a un segundo plano, donde los empleos cada vez son más exigentes y mal pagados, el estilo de vida se hace cada vez más caro y él formar familia ya no es rentable, aun así, a pesar de haber nombrado casi todo lo malo, todo vale la pena.