A través de ellos quiero felicitar y hacer llegar mi más cordial abrazo a cuantos docentes encienden en su corazón, cada mañana, el fuego de su pasión y la llama de su vocación.
Un sencillo pero auténtico homenaje a los docentes. Ellos y ellas, maestros y maestras anónimos que, cada mañana, dignifican y ennoblecen con su entrega y entusiasmo la tarea más sagrada del mundo: educar, es decir, hacer florecer la Humanidad de los niños y niñas, mostrarles el mundo, trazar vínculos, avivar sueños, despertar alegrías, sembrar sonrisas....
A través de ellos quiero felicitar y hacer llegar mi más cordial abrazo a cuantos docentes encienden en su corazón, cada mañana, el fuego de su pasión y la llama de su vocación.
A través de ellos quiero felicitar y hacer llegar mi más cordial abrazo a cuantos docentes encienden en su corazón, cada mañana, el fuego de su pasión y la llama de su vocación.