El SER se fusiona desde un lugar sagrado, donde la energía se transporta en espiral. Se activa, se despierta para generar una nueva forma de SER.
Sincronicidades, pensamientos, visiones, intención. Todo se potencia, haciendo alquimia. Una muerte, un nacimiento. Despliega sus alas, las agita con fuerza y se eleva a ese infinito. Un vuelo liviano, soñado. El paisaje se va dibujando en el mapa de vida. Una vida que trasciende, desprende un aroma secreto, hipnotiza , se apodera poco a poco ese deseo de SER.
Siente el fuego que arde por dentro.
Se reencuentra con la vida, la abraza. Invoca el lenguaje sagrado, gratitud que se vuelve inmensa. La paz del SER es su mayor logro.