Ser pívot en los Blazers

Publicado el 05 noviembre 2010 por Paupelu
Ayer Jueves 4 de noviembre, medianoche en España, nos hacíamos eco de la noticia de la retirada de Fabricio Oberto de la práctica activa del baloncesto debido a la persistencia de sus problemas cardíacos. Oberto era jugador de los Blazers desde apenas un par de días antes del comienzo de la Temporada Regular. Su baja se une a las de Joel Przybilla y Greg Oden, lesionados de gravedad desde al año pasado. Aunque la carrera de Oberto ha sido meritoria, tanto en baloncesto FIBA (en especial, ACB) como en NBA (campeón con los Spurs en 2007), no deja de ser curioso el gafe que acompaña a los pívots que juegan o han jugado con los Blazers...
Para muchos, LaRue Martin es el peor jugador seleccionado en la primera posición del Draft, en su caso en 1972. A los Blazers le cegó su imponente capacidad física, algo que ya resaltaba en su etapa de insitituto. Los Blazers decidieron seleccionarlo y obviaron a jugadores como Bob McAdoo, Julius Erving o Paul Westphal. En cuatro temporadas con los de Oregon apenas disputó 14 minutos de media por partido, sobrepasado por la responsabilidad de su alta elección en el Draft. Comenzaba una leyenda negra.
La joven franquicia de Oregon también había seleccionado en ese mismo Draft a Lloyd Neal, un rocoso pívot que había destacado en su faceta reboteadora en la Universidad de Tennessee State. Neal firmó unos números de 13,4 puntos y 11,8 rebotes por partido en su temporada de novato y había sido elegido para el Mejor Quinteto Rookie de la Temporada (segundo en la votación del Rookie of the Year tras McAddo). Neal siempre fue un jugador amado por la grada del Memorial Coliseum, un jugador que luchaba cada balón y al que no le importó perder protagonismo con las llegadas de Walton y Lucas, supliendo al primero en ocasiones como pívot a pesar de sobrepasar por poco los 2 metros. Al comienzo de la temporada del título, la 76-77, Neal sufrió una gravísima lesión de rodilla de la cual nunca se terminaría de recuperar del todo. En 1979 se retiraría del baloncesto con 29 años, un anillo del campeón, su número 36 colgando del techo del pabellón y el amor incondicional de los aficionados Blazers.
Pero la principal estrella que aquel título del 77 fue Bill Walton. El pelirrojo era el ensamblaje perfecto de un conjunto que venció por encima de las individualidades que representaban los Sixers de Erving y compañía. Walton era un jugador que había dominado el baloncesto universitario en los Bruins de John Wooden y en la NBA, a pesar de sólo haber jugado el 60% de los partidos en sus cuatro primeros años, firmaba números estratosféricos (18,9 pts, 13,2 reb, 5 asis, 2,5 tap. en la 77/78). En la temporada 78/79 una lesión en el pie le hizo perderse todo el año y ese verano, sería traspasado a los Clippers. Walton nunca abandonaría las lesiones y sus continuos y molestos dolores de espalda que le hicieron plantearse incluso el acabar con su vida. Uno de los mayores talentos de la historia y que, tal vez, nunca pudimos ver en toda su extensión. 
En 1984 nadie habría apostado lo contrario a que Akeem Olajuwon sería el número 1 del Draft desde el momento en que Patrick Ewing anunció que jugaría un año más en Georgetown. Lo que muchos no imaginaban es que un delgaducho pívot de Kentucky, que se había perdido dos temporadas completas por lesiones en la pantorilla, sería el número 2 por delante de Michael Jordan, Sam Perkins o Charles Barkley. Así es como Sam Bowie pasó a la historia del baloncesto y como los Blazers siempre pensaron qué hubiera pasado de seleccionar al número 23 de North Carolina y juntarlo con Clyde Drexler. En sus cinco temporadas en Portland, Bowie apenas disputó 139 partidos de 410 posibles debido a numerosas lesiones en la pierna, después de firmar unos esperanzadores 10 puntos y 8,6 rebotes en su año de novato (Mejor Quinteto Rookie). Su elección en el Draft está considerada como el mayor error de la historia del deporte estadounidense.
Audie Norris, estrella universitaria con Jackson State, sufrió graves lesiones durante su etapa en los Blazers que le privaron de ser una estrella NBA, mientras que Arvydas Sabonis sufrió una gravísima lesión del Tendón de Aquiles un mes antes de que los Blazers hicieran efectiva su promesa de seleccionarlo en el Draft de 1986. Otro caso destacable es el de Kermit Washington, más conocido por propinar el puñetazo más famoso de la historia de la NBA a Rudy Tomjanovich y que, tras superar los prejuicios de la Liga y aficionados, retornó a su exitosa carrera de la mano de los Blazers, donde llegó a ser All-Star en 1980. En 1982, despúes de más de un año de lesiones en su espalda y rodilla, tuvo que retirarse del baloncesto.
Pero la maldición de los pívots de los Blazers va algo más allá. 3 jugadores que han formado parte del equipo en posiciones interiores han muerto prematuramente: Kevin Duckwoth (86/87 a 92/93), Fernando Martín (86/87) y Maurice Lucas, el considerado mejor Blazer de la historia (76/77 a 79/80 y 87/88). Además, a Brian Grant, el "rasteado" ala-pívot de los Blazers de finales de los 90, le fue diagnosticado Parkinson en 2009.
Sobre Greg Oden, la historia de los pívots de los Blazers se va escribiendo poco a poco. En 3 temporadas ha jugado 82 partidos y en esta cuarta aún no ha debutado y se espera que lo haga bastante avanzada la temporada. Esperemos que pueda rehacer su carrera NBA y no sea una más de las trágicas historias de los pívots de los Blazers.