La respuesta a la crisis sanitaria global provocada por el coronavirus también está dejando una impronta medioambiental sobre el planeta. Con la vuelta a la utilización de plásticos de un solo uso para evitar contagios, el transporte masivo de vacunas, su correcta refrigeración (esta puede llegar a emitir hasta 12.000 toneladas de dióxido de carbono), los desechos de los hospitales... ¿Sería una respuesta efectiva (de cara al futuro de la sanidad y del planeta) hacer de los hospitales lugares más respetuosos con el medio ambiente?
La evidencia podemos encontrarla en un ejemplo local. En 2020, pleno contexto de pandemia, el Hospital de Guadarrama (ubicado en la sierra madrileña) fue capaz de evitar la tala de 280 árboles y el uso de 5 toneladas de petróleo tras reducir su uso de papel en varias toneladas -para fabricar una sola tonelada de este material se necesitan 15 árboles y 300 kilogramos de petróleo-.
En un plano general, tal y como demuestran los datos de la Coordinación para la gestión ambiental del servicio andaluz de salud (SAS), los hospitales españoles generan 717 toneladas de basura al día, lo que emite a la atmósfera 411 toneladas de anhídrido carbónico (también diariamente). Otras cifras hablan de sólo 18.000 toneladas de basura al año, pero si el dato de 717 (por jornada) resulta exacto, nos encontraríamos ante 261.000 toneladas al año. La urgencia de acciones más verdes queda demostrada.
'Eco-hospitales', a pesar de la pandemia
Regresemos al Hospital de Guadarrama, que también logró reducir un 10% el consumo eléctrico en 2020, un año en el que todo parecía imposible. Además, disminuyó en un 4% el consumo de agua. Y, por si fuera poco, también sustituyó el gasóleo y el propano por gas natural, logrando una reducción del 45,72% en las toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera. De igual manera, la utilización de aceite en la cocina disminuyó casi un 40% gracias a la incorporación de nuevas técnicas en las que los fritos (típicos de nuestra gastronomía) casi han desaparecido. Una apuesta saludable por las personas y el planeta.
Los hospitales españoles producen 717 toneladas de basura al día
El de Guadarrama es uno de los 11 hospitales españoles (como el de Las Cruces de Bilbao, o el Clínico de San Carlos en Madrid) que forman parte de la Red Global de Hospitales Verdes, una organización que aglutina a más de 1.500 hospitales, centros sanitarios, organizaciones académicas y profesionales en todo el mundo para facilitar la transición verde sanitaria a través del impulso de la eficiencia energética, el control de contaminación atmosférica y de las aguas residuales, la gestión de los residuos hospitalarios, y la formación y concienciación de su plantilla de profesionales respecto al cuidado del medio ambiente.
La base de la Red Global de Hospitales Verdes es la Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables, una hoja de ruta hacia la sostenibilidad global sanitaria que, como una premonición, vio la luz hace diez años y ahora se ha convertido en una pieza indispensable en la lucha contra los efectos del cambio climático. Su objetivo es priorizar la salud ambiental en los sistemas sanitarios y hacerlo en el mayor número posible de países alrededor del mundo. Aunque, en términos más concretos, hablamos de 10 puntos sustanciales.
Los tres primeros tratan del liderazgo, las sustancias químicas y la reducción de residuos. Liderazgo, el primero, para hacer de la salud ambiental un "imperativo estratégico", según el documento, estableciendo cuatro áreas de acción: construir un grupo de trabajo hospitalario, promover la investigación, apoyar las políticas relacionadas con la salud ambiental e involucrar a la comunidad. El segundo, en esencia, propone sustituir sustancias nocivas por alternativas más seguras. Y el tercero, el referente a los residuos, recomienda, por una parte, reducir su volumen, así como los niveles de toxicidad que generan y, por otra, anima a implementar un manejo ecológico más eficiente respecto a la basura sanitaria.
Los hospitales verdes deben impulsar la cocina sostenible, además de transformar las dietas diarias
En la transición energética, los hospitales y centros sanitarios también tienen mucho que decir. Hablamos del impulso en el uso de energías renovables para evitar la quema de combustibles fósiles como el petróleo, fuente principal de contaminación atmosférica. También de la disminución en el consumo de agua, haciendo un uso más eficiente de ella, ya que se estima que en el mundo aún hay más de 1.000 millones de personas sin un acceso digno a un suministro de agua potable. Respecto al transporte, otro punto relevante, trata de mejorarse sustancialmente las estrategias para disminuir las emisiones contaminantes como el monóxido de carbono o el dióxido de azufre, que causan enfermedades respiratorias graves.
Finalmente, los últimos cuatro puntos que especifica la Red Global de Hospitales Verdes cubren la alimentación, el uso de productos farmacéuticos, la edificación y las compras. Así, además de proporcionar alimentos más sanos a pacientes y personal (como en el caso del Hospital de Guadarrama), los hospitales verdes deberían impulsar cocinas con productos cultivados de manera sostenible. En cuanto al aspecto farmacéutico, la clave está en gestionar y disponer de productos farmacéuticos de manera más responsable. Por último, otra de las metas concibe las compras de materiales y productos más seguros -evitando, por ejemplo, materiales tóxicos como el mercurio o el PVC- que, una vez desechados, generen el menor impacto posible. En otras palabras, cuidar de la vida del planeta desde el epicentro de la salud humana.
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