Y es que a las pruebas me remito. Albert Rivera, antes de las elecciones, mintió descaradamente, puesto que hablo de derogar algunas leyes del PP, que estos días atrás ha incumplido.
Puedo entender que Sánchez, ante la primera intervención insolente de Pablo Iglesias, se ofendiera y condicionara su comportamiento. Sin embargo, hay algo por encima de las formas, y es lo que cada partido está dispuesto a defender. Hoy, ya no valen excusas hay que intentar un gobierno de izquierdas y deprisa, no contamos casi con tiempo.
Porque Ciudadanos es un bluf y está engañando al PSOE. A las pruebas me remito. Estamos sin gobierno y ya se ha alineado con el PP para votar contra algo que había prometido y que demuestra que no es sino su apéndice, una sucursal pepera.
Y no sólo es que tiene gente franquista, como lo es Juan Carlos Girauta, autor de un libro –prologado por Pío Moa— que culpa a la República del golpe de Estado fascista de 1936, ni que su ideología económica venga de FAES, esa fundación que preside el ínclito y defraudador Aznar. Añadamos también que tiene comandando una autonomía, La Rioja, a un personaje que tiene una sociedad opaca en Panamá. Además, y es más contundente, su praxis política ha demostrado en estos meses de precariedad, donde todo es provisional, cuál es su verdadera cara, habiéndose quitado la máscara.
En estos últimos días Ciudadanos ha sido capaz de:
Abstenerse en la Ley 25 de emergencia social. Mientras todo el parlamento salvo el PP, han votado a favor, C’s se ha abstenido, anticipando lo que le importan las dificultades que están padeciendo los ciudadanos. Afortunadamente a pesar del PP y C’s se ha aprobado.
Abstenerse ante la proposición de ley que se ha llevado al parlamento para parar la aplicación de la ley Wert. Bien, pues a pesar de haber pactado que la echarían abajo, los chicos de Ciudadanos han vuelto a quitarse la careta y en vez de votar a favor, se han abstenido.
Votar en contra ante la pretensión de derogar la Ley Mordaza. Lo contrario de lo que habían prometido. De nuevo, incumpliendo promesas.
Está claro, otra cosa es que no lo quiera ver Pedro Sánchez y su gente, Ciudadanos está apuntalando la política del PP y está dando muestras de lo que piensan en estos momentos provisionales, cuando se podría poner patas arriba las políticas peperas de la última legislativa, las que tanto daño han hecho a los españoles.
Total, Ciudadanos está claro que no quiere eliminar la ley Wert ni la ley Mordaza, ha tenido ocasión de votar contra ellas y no lo ha hecho. Y además, no ha sido capaz de votar a favor de la ley 25, la que prevé defender las dificultades de los más débiles.
Imagínense si esto ocurre en tiempos provisionales lo que podría ser un gobierno con Ciudadanos. Sería tener al PP dentro, tener al zorro en el gallinero, puesto que Ciudadanos al votar así está demostrando hasta dónde puede y quiere llegar.
Pero, yo me pregunto, ¿es que el PSOE no se da cuenta? ¿es que el PSOE pretende gobernar con la formación que pretende defender las leyes del PP? ¿Cómo se puede interpretar que Sánchez y los suyos mantengan el pacto que les obstaculiza borrar las huellas desastrosas del PP?
Todas las iniciativas que han ido en el sentido de acabar con las políticas del PP y de abrir nuevas vías han sido votadas favorablemente por los componentes de la llamada vía del 161 (PSOE, Podemos, IU, Compromis) y de algún grupo más. ¿Por qué entonces no romper con la marca blanca del PP y formar gobierno con la Izquierda? ¿De qué tiene miedo Pedro Sánchez?
Desgraciadamente parece que el PSOE sigue empeñado en que se convoquen elecciones, a sabiendas de que el pacto con Ciudadanos es un pacto con la derecha y de que además está perdiendo una oportunidad única de comandar un pacto de izquierdas.
Quizá sea la última oportunidad para la izquierda. De celebrarse nuevas elecciones, es muy posible que volvamos a tener gobierno del PP, apoyado por Ciudadanos y quien sabe por quién más.
A cada cuál su responsabilidad. Y, en este momento, el único que puede cambiar la situación es el PSOE. No hay otra posibilidad. Perderla es una barbaridad, incluso para el propio Pedro Sánchez que desde su propio partido están disparándole, y quizá está despreciando su última oportunidad.
Salud y República