Por un lado, el Tribunal de Justicia de Europa sentencia que los bancos han de devolver lo cobrado de más por una cláusula abusiva en los préstamos hipotecarios con interés variable. Esa “cláusula suelo” que impedía bajar el interés cobrado al cliente aunque bajara el referencial al que estaba ligado se ha fallado ilegal. Aparte de la alegría para millones de personas hipotecadas hasta las cejas, se trata de un varapalo para la justicia española, que había dado la razón a los bancos en todas las instancias, incluida la del Tribunal Supremo. ¿Será el invierno el que ha procurado la buena nueva a las hipotecas, eliminando ese robo legal, a todas luces injusto? Será.
También podría ser el invierno el que ha hecho que el Gobierno, antes renuente a atender estas peticiones, se avenga ahora, cuando está en minoría en el Parlamento y necesita pactos hasta para saludar, a legislar para evitar que las eléctricas corten la luz a las familias que, por su situación de especial desventura (llamada pobreza energética), no pueden pagar el recibo de la luz, justamente cuando más falta hace la corriente eléctrica para combatir el frío. Ahora aprueban esa medida patrocinada por los socialistas, nacionalistas y el partido Ciudadanos. A la extrema izquierda, cogida fuera de juego, le parece insuficiente y no la apoyan. Prefieren que el frío siga cobrándose vidas de infelices que se alumbran con una vela. ¿Será el invierno el que obliga al Gobierno a ser sensato? Será. Pues, bienvenida sea esta estación que arranca con buen pie. Y es que el invierno no siempre resulta desagradable. También tiene su encanto y belleza. Disfrútenlo.