Bestalia Ibarra.
El jueves reciente por primera vez sentí que la oposición era mayoría, por primera vez me sentí “escuálida”, sola y preocupada. Resulta que era el último día en el trabajo de donde fui cesada de mis funciones como Gerente General de Recursos Humanos, de una de las tantas instituciones públicas que cuando cambian a su Presidente quien llega como es ya de costumbre conforma su propio equipo, no sin antes hacerte sentir que no eres parte de su equipo y que de seguro lo que pretendes es sabotear, pero bueno eso no es problema porque sabemos y estamos conscientes que esos son los riesgos de ocupar cargos denominados de dirección y por ende de libre nombramiento y remoción.
El tema es que el jueves, decidí llegar a mi casa vía camionetica de pasajeros, la tome desde Altamira hasta San Martín. Todo transcurría tranquilo hasta la altura del Centro Lido donde se monta una chama gordita despotricando del gobierno, inicio por ofender al chofer de la camionetica gritando que ya no era posible cancelar por un pasaje seis bolívares y que todavía pretendían aumentarlo a siete, más allá grita una mujer con cara de adeca que todo esto se lo debíamos a Nicolás, a Diosdado, a Cilia y se faja a insultar al gobierno, aquello se convirtió en una verdadera gallera al punto de que atine a decir: “por favor estamos cansados, no hablemos de política, porque no todos los que estábamos en la camionetica pensábamos igual”; pues más vale que no, la mujer con cara de adeca fue hasta el puesto donde yo estaba sentada, se me lanzo encima insultándome y gritándome “a mí no me mandes a callar maldita chavista porque te voy a caer a coñazos”, como buena revolucionaria la rete pero se volvió a sentar en su asiento y se alboroto el avispero, creo que el 80% de los pasajeros que se encontraban en esta unidad autobusera eran contra revolucionarios, opositores y desclasados.
Lo preocupante es que quienes toman esta ruta son asalariados, quizás muchos laborando para la administración pública, en esa camioneta no iban oligarcas, ni burgueses, iba un montón de desclasados, con bolsas del Bicentenario y deseando que haya un estallido social, un golpe de estado o hasta una intervención gringa para de una vez por todas salir de Nicolás.
Aunque parezca mentira no pararon de insultarme, hombres, mujeres, chamos, chamas, adultos y adultas mayores, solo por ellos considerar que había una chavista en el autobús y me pregunto: ¿Será que los Chavistas no se montan en Camioneticas por puesto???; o ¿Será que se nos voltio la tortilla y ahora los escuálidos/as somos nosotros/as????; Dios nos libre de que la derecha tome el poder en nuestro País, porque el odio y la maldad que encierran tantos y tantas frustradas no es para nada normal y vendrán por todo aquel que le huela a chavistas y no para darnos flores se los aseguro…!!!
Chávez te lo juro… La derecha apátrida más nunca volverá!!!
“Chávez Vive, Vive… La Lucha y la Patria Siguen”