Serú Girán fue una excelente banda de rock argentina formada por cuatro virtuosos y notables músicos: Charly García (voces, teclados y guitarras), David Lebón (voces y guitarras), Pedro Aznar (bajo, teclados y voces) y Oscar Moro (batería y percusión).
Fueron capaces de hacer una música de alto vuelo fusionando prog-rock, jazz, blues, pop y hasta ritmos brasileños.
Lebón y su amor por el rock & blues, el sinfonismo de Charly y el virtuosismo jazzero de Pedro Aznar fueron los responsables de esa “mezcla milagrosa” que era el particular sonido de Serú Girán.
Fue su música lo que los llevó a ser una o la más grande banda de rock de Argentina.
El Comienzo:
Después del Festival del Amor (11 de noviembre de 1977) Charly García y David Lebón partieron hacia Búzios con la intención de vivir un tiempo en Brasil y componer algunos temas para su nuevo proyecto musical, inspirados por la tranquilidad y la naturaleza paradisíaca del lugar. Al poco tiempo Charly regresa a Buenos Aires para convocar al experimentado baterista Oscar Moro, y al joven talentoso bajista Pedro Aznar (quien los impresionó por su habilidad para tocar solos de bajo), de esa manera, el dúo inicial se transforma en cuarteto que finalmente se llamó Serú Girán. Juntos viajan a San Pablo y allí graban el primer disco con Billy Bond como productor. Luego Charly viaja a Los Angeles para finalizar la producción.
En 1978 lanzan su álbum debut que se llamó simplemente “Serú Girán”. Era un disco muy distinto y vanguardista dentro del rock argentino, con grandes canciones y teñido de barrocas pinceladas de rock sinfónico, hermosos arreglos vocales y toques de música brasileña y rock & roll; representa la transición desde el progresivo sinfónico de “La Máquina de hacer pájaros” a un sonido mucho más urbano. El álbum contiene temas increíbles como "Eiti Leda", una genialidad sinfónica, melódica , vocal y arreglística de Charly, una obra de arte en donde cada uno de los músicos interpreta un solo dando muestras de su virtuosismo. "Quiero quemar de a poco las velas de los barcos anclados en mares helados" es una frase casi sublime por las imágenes que sugiere.
También "El mendigo en el andén" y el hit "Seminare" eran canciones geniales que pasaron a la categoría de himnos.
Cuando la banda presentó el disco en vivo el 3 de noviembre de 1978 en el estadio de Obras Sanitarias, la crítica "especializada" los destrozó. A pesar de haber tenido una puesta en escena impresionante que incluía una orquesta de 23 músicos y una pantalla gigante. Pero las bromas irónicas de Charly y David cayeron muy mal a un público que vivía con el terror en la sangre y no pudo ser más brutal. Los problemas comenzaron cuando tocaron el tema “Discoshock” que satirizaba la moda de la música disco de ese momento en plena fiebre Travolta, y luego David la remató cuando dijo “ Cuando era chiquito no, pero ahora, qué puto soy!”, logrando una silvatina general y que un sector de la prensa los tildara de homosexuales. La gente empezó a pedir temas viejos a lo que Charly respondió: “No vamos a hacer ninguno de los temas que piden”…Mal debut.
Para sobreponerse de ese mal comienzo y de las fuertes críticas, y sobre todo para fortalecer la relación con la gente, Serú Girán dedicó gran parte del año siguiente a tocar en vivo por todo el país frente a públicos que raramente excedían las doscientas personas.
Charly dijo: “Serú tiene que evolucionar y es un viaje que nos gusta a todos”.
En el año 1979, Serú edita “La Grasa de las Capitales”, un álbum que contiene canciones con letras más fuertes y directas. La tapa del disco satirizaba a la popular revista Gente, y desde esa portada se podía apreciar el tono de crítica mordaz de los nuevos temas como “La grasa de las capitales”, “Frecuencia modulada” o “Canción de Hollywood” que en síntesis hablan sobre el lavado de cerebro. Charly García en su cumbre mostraba el fino carácter irónico del periodista que hay en él, pero también hay grandes clásicos como “Perro andaluz”, la bellísima "San Francisco y el lobo" y las desgarradoras "Viernes 3 AM" y “Noche de perros”. Además el grupo sonaba mucho más como una unidad musical, con un sonido más urbano apostando a fusionar rock con jazz y ritmos rioplatenses.
En 1980 el grupo pegó el salto definitivo, ya que creó su sello propio, realizó una gran cantidad de conciertos y volvieron al estadio de Obras dos veces (con escenografías de Renata Schussheim). En agosto de 1980 fueron invitados al Monterrey Jazz Festival de Río de Janeiro, en donde tocaron con Pat Metheny y George Duke, con tanto éxito que les propusieron tocar al día siguiente junto a John McLaughlin, Hermeto Pascoal, Edgberto Gismonti y Weather Report. Allí Pedro conoce al guitarrista Pat Metheny, y le entrega un casette con su propio material. Al poco tiempo recibiría una carta de Metheny invitándolo a formar parte del Pat Metheny Group.
El 12 y 13 de septiembre tocaron junto a Spinetta Jade, marcando un hecho histórico: Spinetta y García por primera vez juntos rompiendo prejuicios y ampliando las fronteras de la música.
Poco a poco el grupo se fue asentando y fue ganando una creciente masa de seguidores hasta convertirse en un fenómeno de popularidad sin precedentes en el rock argentino, cerrando el año tocando en la Sociedad Rural para 60.000 personas en un concierto inolvidable.
En noviembre de ese año editan “Bicicleta”, un estupendo trabajo que definiría aún más el particular sonido de la banda. Este disco fue casi un conjunto de hits, donde temas como “A los jóvenes de ayer” o “Encuentro con el diablo” se convertirían en clásicos junto a "Cuánto tiempo más llevará" o la conmovedora "Desarma y sangra". Temas que contaban la realidad del país con un estilo muy particular, pero había una canción muy especial…
En "Canción de Alicia en el País", una aparente alegoría del libro “Alicia en el País de las Maravillas”, Charly dejaba perfectamente ilustrado bajo un hábil camuflaje poético, el país que estábamos sufriendo bajo la dictadura militar, en el que el terror se respiraba en la calle, en el trabajo, en la escuela, en la universidad…
"No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó/ ya no hay morsas ni tortugas / Un río de cabezas aplastadas por el mismo pié / juegan cricket bajo la luna / estamos en la tierra de nadie pero es mía / los inocentes son los culpables dice su señoría, el rey de espadas / No cuentes que hay detrás de aquel espejo, no tendrás poder / ni abogados , ni testigos / Enciende los candiles que los brujos piensan en volver / a nublarnos el camino / estamos en la tierra de todos, en la vida / Sobre el pasado y sobre el futuro, ruina sobre ruina / querida Alicia / Se acabó ese juego que te hacía feliz".
Eduardo Berti escribió en “Rockología”: “Fue la etapa del “nosotros” y la alegoría. Era un nosotros inclusivo hacia un público, no un “nosotros, los músicos”; era un nosotros exclusivo hacia los “caretas”: dictadura militar y dirigentes. En tanto, la alegoría servía como recurso para subrayar esa exclusión y burlar la censura. Temas como “Encuentro con el diablo” o “Canción de Alicia” entre otros, hablaban de lo que pocos querían o podían hablar, casi siempre a través de metáforas basadas en la fauna, como fábulas.”
En aquella época, en la que los recitales eran claros síntomas de resistencia contra la dictadura militar, era habitual la práctica de arrestos masivos bajo el método del gamexane, una sutil forma de sacar gente de la sala y meterlos en un patrullero. Para la dictadura el rock era sinónimo de subversión. Las listas negras de temas y artistas eran enormes.
Llegó 1981 con Serú en la cresta de la ola. Luego de un pequeño descanso graban en abril su cuarto álbum “Peperina”. Fue su trabajo mejor producido, un brillante álbum editado en septiembre y presentado en diciembre en el Teatro Coliseo. Este disco no está tan logrado como los anteriores, pero contiene grandes canciones como “Llorando en el espejo”, "Esperando nacer", y "Cinema verité", temas que tienen el inconfundible sello del "estilo Seru",
La revista “Pelo” decía en noviembre de 1981: “En 1978 Serú Girán daba sus primeros y titubeantes pasos en la escena nacional. Lentamente el grupo fue imponiendo la nueva línea musical que tantas resistencias había encontrado en sus primeros tiempos. Hoy esa música está impuesta, el grupo institucionalizado y es considerado como el más popular”.
A fin de año, Pedro Aznar anuncia su partida a Boston para estudiar en la Bercklee School of music, pero principalmente para estar cerca de Pat Metheny. Al poco tiempo se unió a su banda. Fue el principio del fin de Serú Girán, ya que llegan a la conclusión que no era posible reemplazar a Pedro en el grupo y deciden hacer una serie de conciertos de despedida en Obras los días 5 y 6 de marzo de 1982. Esos conciertos fueron grabados y editados como “No llores por mí, Argentina”.
El Regreso.
Charly García comienza una carrera solista espectacular, mientras David y Moro toman también caminos diferentes. Pasaron muchos años y muchos discos solistas para que Charly, David, Pedro y Oscar volvieran a juntarse, para editar su nuevo disco “Serú 92”.
Éste fue el más simple de todos los trabajos grabados en estudio. La crítica de este disco fue bastante dura con ellos, aunque tenía grandes canciones como "A cada hombre, a cada mujer", "Mundo agradable", "Nos veremos otra vez" y la beatlesca "Si me das tu amor".
La gira del encuentro comenzó en diciembre de 1992, y en sus dos conciertos en Buenos Aires convocaron a más de 120000 personas. Finalmente en marzo de 1993 con la edición del doble en directo “Serú Girán en vivo”. Luego de esa reunión un tanto forzada, cada uno de los integrantes retomó sus propios proyectos con suerte dispar.
Algunas veces David Lebón y Pedro Aznar declararon su deseo de que Serú se volviera a reunir, y todo dependía de la decisión de Charly, pero en junio de 2006 Oscar Moro falleció, dejando trunca la posibilidad de volverlos a escuchar en vivo juntos otra vez.
Se cerraba así el último capítulo de la banda de rock más influyente y decisiva de la Argentina.
Fernando Gonzalez