Cansancio, agotamiento, fatiga, extenuación, debilidad y desaliento, agobio, molimiento, pero también aburrimiento, hastío y tedio, todo mezclado. Un carga pesada para un cuerpo menudo. Un fardo que se apoya en los riñones y te dobla a la mitad. Cuando no se acumula en bolas que aprisionan tu cuello, pelotas como pústulas gigantes, divertículos que agarrotan tu espalda. Un lastre que te impide dar un paso, te pesa tanto que eres incapaz de mantenerte derecho y cada vez te vas doblando más y más, de forma que tu cabeza se apoya en tus rodillas y tu culo va rozando el suelo. Te veo, estás amorfo, tus contornos se confunden, te estás agarrotando y ya sólo te puedes arrastrar. Tú y tu lastre, todo es uno…