Para quienes no lo conozcan, Sergio Cordeiro es un traductor e intérprete de inglés y francés especializado en interpretación de conferencias y para medios de comunicación. Es miembro de varias asociaciones, tanto españolas (ASETRAD) como internacionales (ATA). También es fundador y director de la empresa de servicios lingüísticos language-wise. Para mí, es el representante masculino del que yo llamo «El podio de la interpretación», donde están los que me han enseñado, directa o indirectamente, sobre la disciplina que tanto me gusta... y a la que tanto miedo le cogí. Sergio comparte mi podio personal con Aida González, autora de Aventuras de una traductora-intérprete en Madrid, y Clara Guelbenzu, cuyas experiencias se pueden leer en el blog Bootheando.
Como muchos de los que pertenecen al gremio, Sergio no estudió Traducción e Interpretación. «Estudié Lingüística en Manchester», pero luego lo complementó haciendo un posgrado de Especialización en Traducción en la Escuela de Traductores de Toledo, con la combinación árabe-español, aunque no ha dejado de formarse: de hecho, durante el mes de octubre se matriculó en un curso superior universitario en mediación intercultural.
Tras la carrera, «estuve tres meses trabajando de traductor en Manchester. La verdad es que suelo olvidar que mi primer trabajo fue este», ya que siempre se le viene a la cabeza el haber estado trabajando de profesor de inglés dos años, eso ya en España. Luego llegó el momento de trabajar como traductor en España. Sergio me dijo que «fue por una sustitución como traductor y corrector de lengua inglesa. Luego, ascendí a ser coordinador de proyectos, puesto en el que estuve trabajando hasta 2004, que fue cuando decidí hacerme autónomo».
De cómo nació language-wise, su empresa, me enteré después: «Al principio, language-wise era mi nombre comercial, por lo que no era una empresa como tal. Sin embargo, en 2009 decidí asociarme, formar una sociedad limitada y montar la oficina que tenemos en calle Mayor, en Madrid». Esta empresa, de tan solo cinco personas en plantilla, acoge a estudiantes universitarios de distintas universidades y ha firmado convenios con más de 30 instituciones académicas a nivel mundial. Otro aspecto que me interesaba de language-wise era de su compromiso con el voluntariado. «Colaboramos con organizaciones como Greenpeace, y les traducimos campañas publicitarias o informes, entre otros documentos», añadió Sergio. También colaboran con otras asociaciones y colectivos.
Otro asunto que me llamó la atención al conocer a Sergio fue su gusto por el mundo árabe, ya que sus pares de lenguas no incluyen el árabe. «Al principio no tenía ningún tipo de interés por la lengua árabe, pero todo cambió cuando fui a Catar. Fue tal el shock cultural que me empezó a gustar todo lo relacionado con el árabe: ya no solo la lengua, sino la cultura y las canciones». El interés se reforzó cuando fue a Túnez en 2007 y en septiembre del mismo año no lo dudó y se apuntó a clases de árabe. «Mi meta es poder incluir el árabe como mi lengua de trabajo», añadió.
La conversación relacionada con el mundo de la traducción y la interpretación tuvo como protagonistas a los que están estudiando ahora mismo la carrera o a los que la acaban de terminar. Le pedí un consejo: «Fórmate». Resumió con perfección una realidad que se está dando desde siempre, sobre todo con los novatos, que dicen «que traducen de todo, y eso es contraproducente: si aceptamos un encargo que no podemos realizar, quedamos mal con el cliente, y eso hará que no nos vuelvan a llamar». Hay que tener unas áreas de especialización con las que podamos trabajar.
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Aprovecho para agradecer a Sergio el esfuerzo que hizo para venir a Málaga a concederme la entrevista y por todo lo que aprendí mientras manteníamos esta conversación. También quiero dejar constancia de lo interesante que fue no solo la entrevista en sí, sino toda la conversación que tuvimos aparte de la entrevista.