Sergio Fanjul presenta Folk

Por Fruela

Me gusta mucho que el libro de Fruela se titule Folk, porque Folk es un título que se parece mucho al propio Fruela.

Folk se refiere a la tierra, al terruño, y Fruela escribe con una pierna hundida en el barro y con la cabeza revoloteando por las alturas. Son poemas que yo veo como escaleras llenas de chispazos sobre las que uno avanza saltando, ingrávido - no aptos para epilépticos. Este libro acaricia mis sentidos más refinados, sí, pero también me huele a mina, a grisú, a hierba recién cortada, a arena de la playa, a orbayu, a los aceites de la gran industria y al cucho asturiano. Así es el propio Fruela, que cuando sales por ahí con él de copeteo lo mismo te habla de Vladimir Holan o John Ashbery que de los prejubilados de la mina, esos que dicen en la taberna “esta copa la paga Hunosa, cagonrós”. O de la extraña naturaleza del oso pardo en el imaginario de los paisanos de las montañas, que no conciben a los osos como una multiplicidad de seres sino como uno solo, al que llaman genéricamente “el osu”: "Vino el osu…". O de aquel hombre que se encontró en el bosque a un oso amenazante sobre dos patas y solo supo decir: “¿Vas comeme, hijoputa?”. Fruela siempre anda contando al personal este tipo de anécdotas, porque Fruela, el poeta errante que ha vivido por todas partes, como digo, es muy folk y muy de la Asturias más honda.

Me gusta también que las cubiertas sean rojas, porque este libro huele a veces a neumáticos quemados, y a fallida reconversión industrial -cuando Fruela cuenta que, en la cuenca minera, ese mundo que parece que está a punto de acabarse, durante la huelga general no se mueve ni Dios. Y sobrevuela todo el libro esa pesadumbre que se le achaca a la cuenca, ese cielo de metal, esa desesperanza endémica. Esa melancolía que, no sé si acertadamente, se nos achaca a los asturianos.

Folk suena a música folk, es decir, a la melomanía de Fruela. A mí la primera prueba de esta melomanía me la dio minutos después de conocerlo. Yo había ido a cubrir el festival Cosmopoética que Fruela codirigía en Córdoba junto con Carlos Pardo y Curro Bernier. Al poco de llegar al hotel conocí aquel tipo con pinta de El Joven Isaac Asimov y le hice una breve entrevista en la que me dijo, con sonido de gran titular: “Cosmopoética es, salvando las distancias, el Primavera Sound de la poesía”.

Y Folk, por último, es un término inglés, y yo a Fruela, aparte de que es doctor en traducción, le veo muy anglófilo, muy briti (como le dice su madre), y encima vive en un sitio al norte del norte llamado Hull que, al fin y al cabo, no me imagino muy diferente a Sama de Langreo.

Me parece tan preciso este título como los propios poemas que contiene, y lo identifico tanto con Fruela, que yo le cambiaría el nombre al poeta y pondría en su Documento Nacional de Identidad: Folk Fernández, el poeta volador.
Texto leído por Sergio en la presentación madrileña de Folk (15 de marzo, Tipos Infames).