Desde que su voz encontró espacio en los medios de comunicación “El Negrito de Villa”, como se hace llamar, se convirtió en la voz de su tierra natal: Villa Altagracia, y en el denunciante de muchos problemas que afectan a la comunidad, en especial la desforestación.
Es así que con sus propios recursos, que genera tocando merengue, se ha convertido un guardián y vigilia de la cuenca del río Isabela, el afluente que más agua aporta al río Ozama.