Serie roja #7

Por Davidrefoyo @drefoyo
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que todo el Calderón me lo chille
Leiva
Nos refugiamos en el amarillo y la brisa se tornó gentío,
llevaba el eco de las palabras:
no puedo creer que estemos aquí ahora,
pero esta ciudad es mágica, como aquel entrañable salvadoreño
que manejaba el balón mejor que Maradona.
Las estrellas del rock recordaban al Buitre,
con su 7 a la espalda en discos que nadie compraría en las tiendas,
pero yo esperaba rencontrarme con el Carranza
al salir de la ciudad,
al mirar por el retrovisor al borde de la bahía
y de los legendarios zapatos de piel de serpiente.
Esto es algo que recordaremos siempre,
dijiste,
las salchichas de Frankfurt y el queso sin ese,
las casas dispersas sobre las cuestas
y la especulación inmobiliaria que nos trajo hasta esta crisis
inamovible.
He aquí la no tan perdida oportunidad.
El vaso medio lleno. La botella.
La sonrisa infinita descubierta bajo las aguas termales
de la meseta.
Hemos necesitado del Sur para reconocer al fin las secuelas,
adolescencias traumáticas en el abismo.
Y luego nosotros,
La imposibilidad de la huída.
La constante pertenencia a esta isla desierta donde hemos crecido,
donde escuchamos canciones tristes en medio de la risa.
Aguardando épocas peores, sí,
porque mejores, a estas alturas,
no creo que puedan existir.
No.