Que las pautas de programación y contenidos son marcados desde el norte del continente no caben dudas; que los formatos televisivos son una copia de los países centrales tampoco pero que en la grilla de canales locales no se vean series de calidad es preocupante.
Como señala el título por estos días vivimos una cuasi invasión de series, en su mayoría norteamericanas, televisivas de un buen variado de formatos. Las hay de amor, de ciencia ficción, policiales, humorísticas y algunas que tratan de combinar estos estilos. De esta manera, Lost, Dr. House, Criminal Minds, The Big Bang Theory, entre otras son la fuente principal de entretenimiento.
Mientras tanto, en nuestro país, tal vez quizás siendo fiel a un estilo argentino, se siguen produciendo a mansalva las llamadas novelas. Tiras diarias que, a diferencia de los episodios semanales de las norteamericanas, son un formato muy trillado. Amores, desencuentros y una mezcla de humor con escenas policiales, gente pobre que se enamora de sus patrones, enfermedades terminales (como cegueras o cáncer) que son milagrosamente curadas; un sin fin de situaciones repetidas. Entonces tenemos que Son Amores es muy similar a Son de Fierro o que las historias juveniles como Chiquititas y Casi Angeles son idénticas (ni hablar de Patito Feo).
Historias como Los Simuladores o Mujeres Asesinas fueron exitosas por estos motivos. Por ser distintas; por presentarse una vez a la semana y generar, de esta manera, una sana incertidumbre entre los espectadores para saber qué va a suceder a continuación. En este sentido, la disputa entre lo nacional (pacato y repetitivo) y lo extranjero llamativo e ingenioso se ve favorecida por los presupuestos que cada industria cultural tiene a su disposición. Por ejemplo, el capitulo piloto del éxito Lost costó cerca de 10 millones de dólares, una locura visto desde estas tierras. Otro factor a tener en cuenta es que las series extranjeras, en su gran mayoría, son transmitidas por el cable; razón por la cual no llega al gran porcentaje de argentinos que no posee abono mensual.
Sin embargo, no creo que la principal causa sea la económica sino más bien una cuestión de gustos de audiencia. Más allá de este análisis, las telenovelas argentinas tienen un buen rating, algunas incluso superando los 20 puntos. En este sentido, se ve que el terreno de las series semanales está dejado para las producciones internacionales mientras que la tira diaria de amor-poder-policial mantiene su lugar.
Una lástima ya que el nivel actoral, de guionistas y productores argentino es más que bueno (viendo por ejemplo el caso de El secreto de sus ojos) no se pueda embarcar hacía las aguas de las series, sobre todo de temáticas como la ciencia ficción, el thriller o las de abogados y crimenes.