Mis impresionesComo avanzaba al principio me costó un poco meterme en la novela, porque tiene un arranque espectacular en primera persona, en la que el protagonista nos explica porque se encuentra en un cementerio Málaga inhumando unos cadáveres, de los que apenas conoce nada. El protagonista así como quien no quiere la cosa y con la confidencialidad que da ese uso de la primera persona nos va refiriendo datos de su vida, de cómo llega a hacerse cargo de una investigación que cambiará su vida.Y sin previo aviso en el capítulo siguiente se produce un salto en el tiempo y encontramos una historia distinta, contada en tercera persona por un narrador omnisciente, con abundantes diálogos que le dan agilidad y una visión muy cinematográfica. De esta manera introduce Javier Rovira la segunda trama, la que transcurre en los años 50 en una España decadente en la que nada es lo que parece, en la que la mentira y la corrupción tienen un gran protagonismo y en la que un personaje sufre porque el pasado ha vuelto a su vida con fuerza amenazando con aniquilarlo.Y así van sucediéndose los capítulos casi siempre de forma alterna desgranándose en la historia que se desarrolla en la actualidad de forma lineal con varios feedbacks o flashbacks para que lleguemos a comprender porque la vida de Marcos Alvar va haciendo aguas, al mismo tiempo que se ve envuelto en una investigación de grandes proporciones que le sumerge de lleno en la guerra civil, un tema que a él no le interesa y que le causará más de un sobresalto en su vida privada.Los capítulos de la segunda trama van encabezados por un nombre propio, y quien lleva la voz cantante o el personaje que se desarrolla es el que encabeza el capítulo, y poco a poco vamos conociéndolos y la trama va avanzando y develando algunos ases guardados en la manga y como por arte de magia nos va dejando pistas, vamos intuyendo que tienen en común las dos historias, pero sin ser capaces de intuir por donde nos va a llevar el autor.Si la calificamos de novela negra nos encontramos con un investigador peculiar, un agente funerario elegido al azar por la clienta porque lo único que debía hacer es desenterrar unos cadáveres de la guerra cuyas coordenadas conoce. Sin embargo solo encuentran un cuerpo y la búsqueda se reactiva. Marcos Alvar no tiene formación para llevarla a cabo, sin embargo va tirando de hilos que le van dibujando un panorama general de las personas a las que busca. Javier Rovira nos dibuja unos personajes descarnados, complejos, con el carácter que imprimen los secretos guardados, las verdades olvidadas y las mentiras medio veladas. Personajes muy humanos en los que la moralidad y la inmoralidad transitan por una línea muy floja que en multitud de ocasiones se traspasan. Personajes que tienen una evolución que conocemos a lo largo del tiempo a través de flashbacks y también a través de la investigación del agente funerario.Me he sentido cómoda en las tres historias pero quizás por desconocimiento he disfrutado de la que retrata ese Madrid de los años 50, esa labor de los censores cinematográficos, y esa doble moral por la que bajo presión uno es capaz de falsear un informe. Todo tiene un precio, aunque este sea el silencio.Temas de trasfondoEsta novela es mucho más compleja de lo que pueda parecer. Hay varios temas que planean en su línea argumental, el amor y el desamor, la traición, la corrupción, las infancias rotas y ello es visible en cualquiera de las historias.En la actual Marcos intenta entender como su matrimonio ha hecho aguas y se ha ido a pique sin que él se haya dado cuenta. Nos desvelará como conoció a su mujer, como se enamoró de ella y como consiguió que estuviera a su lado. Sin embargo también nos informará de su desamor, de la traición de ella, y ese tira y afloja al que le tiene acostumbrado desde que eran niños y que sin embargo ahora le hastían.También encontramos una historia de amor en la guerra civil, la que disfrutan los dos amantes, ella maestra, el alumno, una relación contra-natura, tórrida, en ocasiones subida de tono para los cánones que marca la época, una relación que se bebe a grandes sorbos, que lucha contra los prejuicios y que termina en una gran traición.Y por último encontramos otra historia de amor si es que así puede decirse, la que une al censor con la prostituta capaz de socavar los cimientos de su existencia. Son amores los que se dibujan en esta historia fríos, festivos, amores sin compromiso, en el que las mujeres son simples floreros que proporcionan placer a los hombres. Un tema subyace, un tema tabú para la época y que ahora se sobrelleva y de nuevo una traición.La corrupción es fácil de detectar en las tres historias, pero ahondar en este tema puede desvelar datos que merece la pena descubrir por uno mismo. Y eso mismo sucede con las infancias rotas, por un lado la de la hija de Marcos que se siente al margen de la decisión de sus padres, aunque no es precisamente una niña ya. Sin embargo el máximo exponente de esta trama es un as que el autor esconde en la manga hasta casi el final.
ConclusiónNos encontramos ante una novela que viaja del presente al pasado sin fisuras, sin grandes sobresaltos, hilvanando bien tres historias que al final confluyen de forma magistral en una sola. Javier Rovira con esta primera novela se ha hecho un lugar por méritos propios en la literatura española. Tiene mérito hilar dos tramas sin que la acción y el suspense decaiga en ningún momento, pero hilar tres tiene mucho más mérito.Lo que más valoro en una novela es que la ambientación esté conforme al tiempo en que se desarrolla, y sin duda encontramos unos personajes caracterizados conforme al tiempo al que viven y su clase socio-económica. Tanto la trama desarrollada en Madrid en los años 50, como la actual es perfectamente creíble. Y en cuanto a la que se desarrolla en el sur de España desvela un trabajo de documentación que en ningún momento se hace farragoso, sino que se engarza con naturalidad en el texto.Complicado es llevar una trama escrita en primera persona y otra en tercera, pero mucho más es dar voz a cada uno de los personajes, porque no nos encontramos ante una novela más de la guerra civil, y la posguerra o dictadura, nos encontramos ante una novela en la que se tejen cual encaje de bolillos unos hechos que desembocan en nuestros días, porque la memoria histórica pide reconocimiento para aquellos que todavía permanecen en el anonimato, enterrados en fosas comunes en carecen de lápida.Seguro que esta novela te sorprende. Es muy cinematográfica así que no me extrañaría que cualquier día nos encontraramos con una película o una serie. Material hay de sobra e incluso da para varias posibilidades de montaje. Con esta novela participo en el bloguero invisible de Kayena, y en la iniciativa un mes histórico de LakyUn mes histórico