Las casas blancas de Setenil bajan desde el castillo por la ladera de la montaña. Cuando llegan al río Guadalporcún se distribuyen al abrigo de las rocas, aprovechando las cavidades de las cuevas para crearse.
Estas viviendas, a ambos lados del río, son la construcción más típica del pueblo, un ejemplo de las casas-cueva conocidas como “abrigo bajo rocas”. No están excavadas en la montaña sino que, simplemente, integran la pared rocosa dentro de la construcción. Para verlas bien, lo mejor es pasear por las orillas del río: empezar por la calle Cuevas de la Sombra cruzar por el puente a Cuevas del Sol, continuar por Jabonerías y llegar hasta Caballerizas.
Calle Cuevas del Sol
Calle Cuevas de la Sombra
Casas cueva de Setenil
Los gaditanos son gente muy abierta, así que no es muy difícil que algún setenileño os invite a ver su casa por dentro. Nosotros tuvimos la suerte de conocer a Juan que, a parte de enseñarnos su vivienda y hablar largo y tendido con nosotros, nos invitó a tortillitas, una receta típica hecha con huevo, pan rallado, perejil… Pasamos un buen rato con él.
La casa de Juan
Aunque las casas-cueva, sus calles y el pueblo en sí mismo, son lo más bonito, también merece la pena acercarse a la fortaleza, a la iglesia parroquial, descubrir sus ermitas y buscar algún mirador desde donde ver todo Setenil y el enorme tajo que va creando el río a su paso. Mejor hacer todo el camino andando porque meter el coche en el pueblo tiene sus peligros:
Turistas pagando la novatada
Iglesia Parroquial de Setenil
El centro del pueblo
Vista de Setenil
Antes de abandonar el pueblo, sobre todo si os gusta comer bien, en la Calle Cuevas de la Sombra hay un par de tiendas donde venden quesos de cabra Payoya, autóctona y en peligro de extinción, cerveza gaditana, jamones y todo tipo de productos locales como el único vino que se elabora en Setenil.
Queso y vino de la zona. No hubo manera de resistirse
Quesos de la región
¿Más tiempo y ganas? Setenil de las Bodegas se encuentra en la ruta de los pueblos blancos de Cádiz y Málaga, muy cerca de Ronda y Grazalema y, a pocos kilómetros del parques naturales Sierra de las Nieves y Grazalema, ideales para hacer rutas senderistas. Aburrirse por la zona es imposible. Relajarse, obligación.