SETI, las raíces de una idea loca

Publicado el 14 abril 2011 por Deimos @Hominidos
SETI son las siglas en ingles de Search for Extraterrial Intelligence, es decir, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre. A día de hoy la búsqueda se realiza a través de instituciones como el SETI Institute, o gracias a la colaboración de voluntarios, como en el proyecto SETI@home.
Pero la idea de la existencia de otros seres inteligentes en el Universo con los que podamos comunicarnos hunde sus raíces mucho más allá de siglo XX. La primera persona en plantear de forma abierta la posibilidad de la existencia de otros seres inteligentes fue el filósofo y religioso Girodano Bruno, en su obra Del infinito: el universo y los mundos, defendía la infinitud del Universo, que las estrellas no eran otra cosa que soles tremendamente lejanos alrededor de los cuales habría otros mundos y por lo tanto otras personas. Estas ideas junto con sus ideas sobre el heliocentrismo y el movimiento de los astros le iban acarrear no pocos problemas. La situación empezó a tornarse difícil para Giordano a partir de 1591 cuando el noble Giovani Mocenigo denuncia a Bruno a la Santa Inquisición, la cual ya en 1593 decreto el encierro del filósofo en prisión hasta que se celebrara el juicio. El bueno de Giordano pasaría ocho años entre rejas hasta que se le realizo el “juicio” y se le encontró culpable de herejía, blasfemia e inmoralidad. Sus obras serían quemadas. El 17 de febrero de 1600 Giordano sería ejecutado en la hoguera, siendo quemado en la plaza de Campo dei Fiori en Roma. Si tenéis la oportunidad de ir a Roma pasaros por dicha plaza, en ella podréis encontrar una estatua de Giordano que rige la plaza, un triste recordatorio de hasta donde puede llegar la intransigencia, la intolerancia, la ignorancia y el odio religioso.
Giordano no es el único que tuvo problemas con la Inquisición. Otro contemporáneo suyo y uno de los mayores teóricos que ha dado la humanidad también se vio envuelto en problemas con la Inquisición,hablamos ni más de menos que de Johannes Kepler. En esta ocasión sería debido a la obra de ficción que publicó. Dicha obra, Somnium, ha sido considerada como el primer libro de ciencia ficción de la historia. En Somnium, Kepler cuenta como el protagonista gracias a un conjuro de su madre consigue viajar a la Luna, en dicha novela se veían ciertos tintes autobiográficos, razón esta por la que fue usada como argumento principal en el juicio que se realizo a su madre acusada de brujería. Kepler se encargo de su defensa pero no le resulto fácil conseguir la libertad de su madre, la cual fue evidentemente torturada para que confesara sus crímenes de bruja, pero Katharina que así se llamaba la madre de Kepler, se mostró como una mujer fuerte y resistió las torturas de la Inquisición sin confesar nada, al final, Kepler consiguió la libertad de su madre, pero un año después, una debilitada Katharina no aguantaría más y moriría.
Es probable que el triste destino de Giordano y los problemas de la madre de Kepler debido a una obra de ficción de su hijo, disuadiera a muchos pensadores de publicar sus ideas sobre estos temas. El entorno no estaba como para andarse arriesgando en exceso con pensamientos atrevidos ya que te podía salir ciertamente caro.
Habría que esperar hasta el siglo XIX para que se volviera a especular con estas ideas. Durante este siglo se empezó a jugar con la idea de que tanto la Luna como Marte podrían estar habitados, y si en ellos había seres inteligentes ¿por qué no intentar comunicarse con ellos?
Distintos científicos, algunos de ellos ciertamente conocidos, al menos hoy en día, empezaron a proponer atrevidas ideas. Uno de los insignes científicos que especuló con estos temas fue Carl Friedrich Gauss que propuso que en Siberia se dibujara un triangulo rectángulo gigante para que pudiera ser visto con telescopio desde la Luna o Marte. De esta manera, los selenitas o marcianos al ver el triangulo podrían inferir que en la Tierra había alguien que al menos sabía trigonometría. Otro del que se dice que jugo con estas ideas fue el astrónomo Joseph Johann Littrow, que llego a ser el director del observatorio de Viena. Según parece sugirió crear un circulo gigante en el Sahara y llenarlo con queroseno ardiendo, la intención era la misma, que dicha figura resultara visible desde otros planetas. No obstante, no estamos seguros de si la historia es cierta. Así llegamos a la que puede ser la primera propuesta de usar ondas electromagnéticas para comunicarse con otra civilización, la idea está atribuida a Charles Cross. Cross propuso usar espejos para concentrar un haz de luz e intentar comunicarnos con los hipotéticos marcianos. Por último, cabe mencionar al tantas veces olvidado Nicolás Tesla, el cual durante un experimento que estaba realizando detecto unas interferencias que él atribuyo a señales radioeléctricas de una civilización extraterrestre. Obviamente luego se vio que este no era el caso, pero la idea de usar ondas electromagnéticas como posible medio de comunicación entre civilizaciones, estaba sobre la mesa.
Tuvimos que esperar hasta mediados del pasado siglo XX para que la idea de intentar detectar señales de radio de civilizaciones extraterrestres se planteara de una forma científica. En 1959 los científicos Giuseppe Cocconi y Philip Morrison escribieron el artículo Searching for Interstellar Communications, donde establecían que la tecnología de la que disponíamos estaba lo suficientemente desarrollada como para intentar detectar señales de radio de otras civilizaciones. El artículo salía publicado ni más ni menos que en la prestigiosa Nature.
Casi veinte años después de la aparición del artículo de Cocconi y Morrison, en concreto en 1975, la humanidad envió su primer mensaje a las estrellas. La emisión se realizó desde el radio telescopio de Arecibo que es el más grande del que disponemos. El mensaje se envió a M13 que es un cúmulo globular que se encuentra situado a unos 26000 años luz en la dirección de la constelación de Hércules. De modo que si existe alguna civilización que pudiera captar el mensaje la respuesta nos podría llegar como muy pronto en unos 52000 años. En el mensaje se envió diversa información codificada en binario. Por ejemplo el numero de nucleótidos del ADN, la estructura química de los componentes del ADN, los números del 1 al 10, el tamaño del ser humano así como una representación del mismo, la población de la Tierra, incluso se envió el diámetro del radiotelescopio de Arecibo.
No obstante, los mayores esfuerzos se han dirigido a la escucha, es decir apuntar nuestros radiotelescopios al cielo y ver si captamos alguna señal de radio artificial de origen extraterrestre. A este respecto en 1977 se recibió una señal de origen desconocido y con una potencia más alta de lo normal. La señal se captó desde el radiotelescopio Big Ear, y se ha hecho famosa bajo el nombre de "La señal Wow!", esto es debido a que el profesor Jerry R.Ehman de la Universidad de Ohio escribió literalmente "Wow!" en la hoja donde se encontraban registrados los datos de dicha señal. Desgraciadamente nunca hemos sabido que fue aquella señal Wow! Se ha vuelto a escánear en varias ocasiones la misma región del cielo, pero siempre con resultados negativos.
Los esfuerzos por buscar radio señales de otras civilizaciones se han ido incrementando con el paso del tiempo, creando mejores sistema de análisis de señales, recurriendo a la tecnología más moderna, pero de momento no se ha detectado nada, de momento, seguimos a la escucha.
Ismael Pérez Fernández.
Para saber más:
- VÁZQUEZ ABELEDO, Manuel y MARTÍN GUERRERO DE ESCALANTE, Eduardo. La búsqueda de vida extraterrestre. Madrid: McGraw Hill, 2006.
- PÉREZ OCA, Miguel Ángel. Giordano Bruno. El loco de las estrellas. Equipo Sirius.
- RUIZ DE GOPEGUI, Luis. Mensajeros Cósmicos. Ciencia y enigma de los extraterrestres. McGraw Hill.
- Y para más detalles de la vida de los personajes que aparecen podéis usar la wikipedia, que no es un mal punto de partida.