Sevilla 4-0 Celta. ¡Qué grande eres Sevilla!

Publicado el 05 febrero 2016 por Sebarili

El Sevilla venció por cuatro goles a cero al Celta en la ida de las semifinales de la Copa del Rey y se encuentra ya con pie y medio en la final del torneo. El Sánchez Pizjuán presentó el ambiente de las grandes noches y el conjunto sevillista no defraudó, cuajando un sensacional partido.

    El peligro en las jugadas de estrategia a balón parado fueron una constante para el Sevilla. De hecho, el gol de Rami, que abrió la lata, se produjo en un saque de esquina.
    Rubén Blanco retrasó el primer gol sevillista en la primera parte con sus excelentes intervenciones.
    La actuación de Gameiro resultó determinante. Al delantero francés no le pesó su error en el penalti y acabó covirtiéndose en una pesadilla para la zaga del Celta. Exhibió velocidad y definición a partes iguales.
    N´Zonzi aportó equilibrio al centro del campo sevillista, el centrocampista francés se encuentra a un gran nivel y sigue creciendo partido a partido.
    El Sevilla mantuvo la portería a cero una vez más, una cuestión determinante para el partido de vuelta y que viene siendo una constante en la competición.

Unai Emery apostó por el once inicial esperado, tal vez la única duda para la prensa radicaba en el extremo izquierdo, finalmente el que ocupó esa posición fue el danés Krohn-Dehli y Konoplyanka partió como suplente. Nervión presentó una entrada espectacular y el ambiente que se respiraba era el de las grandes citas, y como se suele decir, el primer gol fue de la afición.

El partido comenzó con gran intensidad por parte de ambos equipos, algo totalmente lógico dado lo que estaba en juego. El Sevilla, arropado por su afición y casi por inercia, empezó a jugar en campo contrario muy pronto. Tan solo dos minutos bastaron para ver una clarísima ocasión para los sevillistas, Tremoulinas recogió el rechace tras un saque de esquina y puso un centro al área, donde Kolo, completamente solo, cabeceó para que el balón se marchara muy cerca del poste izquierdo ante la mirada del guardameta visitante.

El Sevilla había salido totalmente enchufado, preciso en el pase y presionando muy arriba, sin permitir dejar jugar al Celta, que ante el arreón sevillista solo podía intentar enfriar el partido e intentar no encajar un gol en los primeros minutos. Vitolo estuvo a punto de poner por delante al Sevilla a los 17 minutos con un fuerte disparo a la salida de un corner pero la maraña de defensores que cubrían la portería evitaron el tanto del canario. El conjunto sevillista comenzó entonces su particular acoso y derribo contra la portería celtiña. Primero, a los 25 minutos, Kolo, remató de cabeza en un saque de esquina, obligando a esforzarse al máximo a Rubén Blanco, que sacó la pelota en la misma línea de meta.

En la siguiente jugada, un cabezazo de N´Zonzi en el segundo palo se marchó acariciando el poste izquierdo. El empeño sevillista obtuvo su recompensa a los 27 minutos, cuando Vitolo fue agarrado por Sergi Gómez dentro del área impidiéndole darse la vuelta. El árbitro, muy cerca de la jugada, no dudó en señalar el punto de penalti. Sin embargo, Gameiro no estuvo acertado desde los once metros y Rubén Blanco adivinó las intenciones del delantero francés para la tranquilidad de los suyos.

En los siguientes minutos, el Celta se encargó de recordar a los sevillistas que ellos también tenían algo que decir en el partido. A pesar de que no habían llegado una sola vez con peligro, el conjunto gallego disfrutó de dos clarísimas ocasiones en apenas cinco minutos. Así, a los 30 minutos, Sergi Gómez estrelló su remate de cabeza en la misma cruceta tras un jugadón de Orellana por la banda derecha del Sevilla. Cinco minutos después, Pablo Hernández disparó en el interior del área y el balón se marchó a centímetros del palo derecho que defendía Sergio Rico.

El partido se enfrió un poco tras tanta agitación, y cuando parecía que la primera parte llegaría a su fin sin goles a pesar de las ocasiones, Rami, de cabeza, mandó el balón al fondo de las mallas tras un saque de esquina botado por Banega. Se había cumplido ya el 45´ y de esta forma, los sevillistas se marchaban al túnel de vestuarios con el marcador por delante en el partido y con cierta ventaja en la eliminatoria.

En la reanudación, el Sevilla saltó al terreno de juego con los mismos hombres que lo hicieron en el primer periodo. Tras un pequeño susto en forma de remate de Cabral a pase de Aspas que se encontró Sergio Rico, el conjunto sevillista volvió a tomar las riendas.

A los 50 minutos, Gameiro, avisó de sus intenciones, marchándose en velocidad por el costado derecho y poniendo un balón al área al que no llegó Krohn-Dehli por centímetros. En el 57´, Banega lo intentó con una falta desde la frontal para que Rubén Blanco volviera a lucirse.

El resultado aún era un tanto incierto para los sevillistas y justo cuando parecía que el Celta comenzaba a estirarse, Gameiro se encargó de aumentar la renta tras un pase a la contra de Krohn-Dehli a la espalda del defensor y para la carrera del delantero francés, que anduvo listísimo, ganándole la partida a su rival y marchándose en velocidad para plantarse delante de Rubén Blanco y definir a la perfección con un toque sutil que acabó entrando por la mismísima escudra con suavidad. Era el minuto 59 del partido y el Sevilla ya tenía el partido justo donde quería.

Apenas tres minutos después del segundo tanto, se repitió el guión del gol. Banega mandó un pase entre los dos centrales para la carrera de Gameiro y el francés, tras una gran carrera se volvió a plantar de nuevo ante el guardameta del Celta para batirle con un disparo raso que se coló entre las piernas y acabó en el fondo de la red para el delirio del sevillismo. Gameiro, en apenas cuatro minutos, había conseguido redimir su error en la primera parte con dos goles que dejaban la eliminatoria muy encarrilada para el Sevilla.

Después del tercer tanto, el conjunto sevillista tuvo especial precaución en mantener su portería a cero, consciente del gran resultado que suponía este tres a cero. Lógicamente, el Celta tuvo que dar un pasito adelante. El Sevilla estaba defendiendo francamente bien, N´Zonzi sostenía al equipo y equilibraba las fuerzas en la medular, Cristóforo, además de defender distribuía el balón con buen criterio y hasta Banega aportaba en la recuperación, haciendo un gran esfuerzo. Por si las moscas, Unai Emery decidió apuntar la medular con Carriço, retirando a Cristóforo a los 71 minutos.

Apenas cinco minutos después, el técnico vasco retiró del terreno de juego a Banega, pensando quizás en el partido del domingo, y en su lugar entró Konoplyanka, que ocupó su posición natural para que Krohn-Dehli actuara en la posición del argentino.

El Celta lo intentaba pero se estrellaba una y otra vez con el muro sevillista, con las líneas muy juntas y bastante seguro. A diez minutos del final, Gameiro, el héroe de la noche, se marchó ovacionado del campo para que Llorente ingresara al terreno de juego. El conjunto gallego apenas inquietó la portería sevillista a excepción de un disparo de Orellana cuando encaraba a Coke que Sergio Rico atrapó con seguridad.

De nuevo, al contragolpe, el Sevilla volvió a ser letal, Vitolo filtró un pase hacia Krohn-Dehli, Jonny no fue capaz de interceptar a contrapié el pase del canario y el danés se encontró en un nuevo uno a uno con el guardameta del Celta, al que superó asegurando con un disparo raso a su derecha y poniendo el definitivo cuatro a cero en el marcador en una noche redonda para el sevillismo.

Este cuatro a cero es, sin duda, un resultado excepcional para afrontar el partido de vuelta en Balaídos y un golpe de moral para enfrentarse el próximo domingo ante el Celta en liga, donde el Sevilla buscará el primer triunfo a domicilio en lo que va de liga. Ya va siendo hora...