Viernes 23 de abril. 15ª de Feria. Plaza de la Maestranza: cartel de no hay billetes. Se lidiaron 7 toros de la ganadería de Fuente Ymbro (Jerez de la Frontera). Hubo que lidiar un sobrero al lesionarse durante la lidia el 5º. Mano a mano entre: Miguel Ángel Perera (Aplausos, aplausos y pitos) y Daniel Luque (aplausos, silencio y pitos).Por El ZubiSi el mano a mano entre Miguel Ángel Perera y Daniel Luque, tenía que haber servido para sacar del bache en que se encuentran los dos toreros después de haber pasado tres tardes por Sevilla con mas pena que gloria, la realidad fue muy otra, pues el bache en que se han metido es aun mas hondo después de la actuación de ambos con los toros de Fuente Ymbro en la Maestranza de Sevilla en esta 15ª corrida de Feria. La plaza estuvo ayer otra vez hasta la bandera, y los tendidos de sombra con mas gente guapa que nunca, como corresponde a esta recta final de farolillos, que por cierto… se aburrieron como una ostra con una insulsa tarde de toros en la que los de Fuente Ymbro, aunque muy bien presentados todos, no estuvieron tampoco muy finos o bravos, ya que los dos primeros fueron mentirosos: muy fieros de salida y ambos acabaron a los cinco minutos cantando la gallina mostrándose mas mansos que un buey. El ganadero Ricardo Gallardo pasó una tarde de infarto, un mal trago en cada toro. Mucho sufrimiento. La excepción fue el 3º correspondiente al lote de Miguel Ángel Perera, que fue el único potable de toda la corrida. Fue un toro bravo, con repetición y motor y durante su lidia, fue en el único tramo de la corrida en que sonó la banda de maestro Tejero: ayer el maestro “Tristán hijo” casi se va a casa sin dar palo al agua. Pero también fue un espejismo pues de donde no hay no se puede sacar nada y Perera tampoco acabó entendiéndose con el toro. Los aficionados que acudieron a la plaza estuvieron toda la tarde muy protestones. Desde el sol hubo pitos y algún griterío, insultos… reproches a los toreros…mayormente, y también al ganadero y a Canorea, el empresario. Lo cierto es que con esta crisis que nos acucia a todos, gastarse una pasta gansa en una entrada en esta Feria, para encima aburrirse como un ermitaño en la montaña, pues tiene su guasa y su mala leche…y claro el respetable al final acabó hastiado de tanta mediocridad de toros y toreros. Lo que pudo ser una estupenda tarde de toros acabó siendo un auténtico petardo. Se dejó ver por la plaza el torero mexicano Arturo Macías “El Cejas” que acudió a los servicios médicos de la Maestranza para quitarse ya los puntos de su cornada y parece que estará listo para su cita en mayo en Madrid. La cosa prometía en los prolegómenos del evento. Los dos toreros con cara de perro en el patio de cuadrillas, haciendo el paseíllo ante una tarde que era una auténtica apuesta de responsabilidad. Ambos perdieron la apuesta y se volvieron al hotel con la talega llena de billetes y el crédito como toreros bajo mínimos. El primero toro de Miguel Ángel Perera manseó de salida en el caballo, buscando la querencia de las tablas en cada encuentro con el equino. Es verdad que tuvo movilidad que esta sirvió para que el banderillero Joselito Gutierrez pusiera dos pares extraordinarios que le valieron para desmonterarse desde el tercio. El toro daba cabezazos cuando salía de la muleta, siempre con la cara arriba. La tomaba bien pero cuando el muletazo era para fuera el toro protestaba y miraba al torero, que procuró llevar al toro muy tapadito con la muleta para que no se le fuera a las tablas. Pero no bastó con la técnica de Perera pues “Laurel”, que así se llamaba este primero, cantó la gallina y dijo que se quería ir a su casa, a la dehesa que se encuentra allá por San José del Valle muy cerquita de Jerez de la Frontera (Cádiz), a seguir pasteando con las vacas y con su buen pienso. Estocada trasera y tendida le valieron al toro para cumplir su deseo del sueño eterno, y al torero para recibir los aplausos del respetable que aun no había comenzado a aburrirse. Su segundo toro fue el mejor de toda la corrida. Se llamaba “Ostrero”, un toro negro y bravo de 532 kilos, que transmitía la emoción de la que Perera adoleció en toda la tarde. Se vino arriba en banderillas y humillaba tanto que dejó el albero lleno de carriles… de tanto arrastrar el morro cuando buscaba con ahínco el vuelo de la muleta. Vamos que el argot taurino este toro fue lo que se llama “un caramelito” para un torero. Pero claro si el torero no esta fino el caramelito se malogra y sabe amargo en vez de dulce. Perera comenzó con un pase cambiado desde los medios; le dio varias tandas de derechazos por bajo muy buenas y en esto… arrancó la banda que dirige el maestro Tristán hijo. El toro transmitía emoción, era noble y bravo…un toro que ayer en otras manos hubiera sido de lío gordo, pero aquello comenzó en segundos a afearse y a desinflarse, y de la emoción se pasó en milésimas de segundos a la decepción. La banda dio un golpe de bombo y volvió el silencio a la Maestranza. Pinchazo y gran estocada…y aplausos para el toro en el arrastre y también para el torero. El tercero de su lote “Maestro” de nombre prometía pues humillaba y se revolvía con ambición, tanta que se hizo daño en una de las embestidas y resultó lesionado. El sobrero de nombre “Taranta”, salió con toda su buena voluntad de toro, pero a estas alturas de corrida (era el quinto en lidiar) la gente estaba ya harta y dormía dulcemente. Pareció un espejismo….como si hubiera salido un toro verdadero, de carne y hueso, y el público despabiló. El toro galopaba en sus embestidas y daba emoción al encuentro. Repetía con celo y emoción…pero el público ya estaba en contra de los toreros, pues ambos había tenido tres tardes en Sevilla y se iban de la Feria sin hacer nada. Y es que Perera no está bien…algo le pasa, pues no es normal que un toro como este le dieran tantos enganchones a la muleta, y es que no templaba bien. Estocada, primer aviso y descabello. El público aplaudió al toro en el arrastre y pitó sonoramente al torero.
Viernes 23 de abril. 15ª de Feria. Plaza de la Maestranza: cartel de no hay billetes. Se lidiaron 7 toros de la ganadería de Fuente Ymbro (Jerez de la Frontera). Hubo que lidiar un sobrero al lesionarse durante la lidia el 5º. Mano a mano entre: Miguel Ángel Perera (Aplausos, aplausos y pitos) y Daniel Luque (aplausos, silencio y pitos).Por El ZubiSi el mano a mano entre Miguel Ángel Perera y Daniel Luque, tenía que haber servido para sacar del bache en que se encuentran los dos toreros después de haber pasado tres tardes por Sevilla con mas pena que gloria, la realidad fue muy otra, pues el bache en que se han metido es aun mas hondo después de la actuación de ambos con los toros de Fuente Ymbro en la Maestranza de Sevilla en esta 15ª corrida de Feria. La plaza estuvo ayer otra vez hasta la bandera, y los tendidos de sombra con mas gente guapa que nunca, como corresponde a esta recta final de farolillos, que por cierto… se aburrieron como una ostra con una insulsa tarde de toros en la que los de Fuente Ymbro, aunque muy bien presentados todos, no estuvieron tampoco muy finos o bravos, ya que los dos primeros fueron mentirosos: muy fieros de salida y ambos acabaron a los cinco minutos cantando la gallina mostrándose mas mansos que un buey. El ganadero Ricardo Gallardo pasó una tarde de infarto, un mal trago en cada toro. Mucho sufrimiento. La excepción fue el 3º correspondiente al lote de Miguel Ángel Perera, que fue el único potable de toda la corrida. Fue un toro bravo, con repetición y motor y durante su lidia, fue en el único tramo de la corrida en que sonó la banda de maestro Tejero: ayer el maestro “Tristán hijo” casi se va a casa sin dar palo al agua. Pero también fue un espejismo pues de donde no hay no se puede sacar nada y Perera tampoco acabó entendiéndose con el toro. Los aficionados que acudieron a la plaza estuvieron toda la tarde muy protestones. Desde el sol hubo pitos y algún griterío, insultos… reproches a los toreros…mayormente, y también al ganadero y a Canorea, el empresario. Lo cierto es que con esta crisis que nos acucia a todos, gastarse una pasta gansa en una entrada en esta Feria, para encima aburrirse como un ermitaño en la montaña, pues tiene su guasa y su mala leche…y claro el respetable al final acabó hastiado de tanta mediocridad de toros y toreros. Lo que pudo ser una estupenda tarde de toros acabó siendo un auténtico petardo. Se dejó ver por la plaza el torero mexicano Arturo Macías “El Cejas” que acudió a los servicios médicos de la Maestranza para quitarse ya los puntos de su cornada y parece que estará listo para su cita en mayo en Madrid. La cosa prometía en los prolegómenos del evento. Los dos toreros con cara de perro en el patio de cuadrillas, haciendo el paseíllo ante una tarde que era una auténtica apuesta de responsabilidad. Ambos perdieron la apuesta y se volvieron al hotel con la talega llena de billetes y el crédito como toreros bajo mínimos. El primero toro de Miguel Ángel Perera manseó de salida en el caballo, buscando la querencia de las tablas en cada encuentro con el equino. Es verdad que tuvo movilidad que esta sirvió para que el banderillero Joselito Gutierrez pusiera dos pares extraordinarios que le valieron para desmonterarse desde el tercio. El toro daba cabezazos cuando salía de la muleta, siempre con la cara arriba. La tomaba bien pero cuando el muletazo era para fuera el toro protestaba y miraba al torero, que procuró llevar al toro muy tapadito con la muleta para que no se le fuera a las tablas. Pero no bastó con la técnica de Perera pues “Laurel”, que así se llamaba este primero, cantó la gallina y dijo que se quería ir a su casa, a la dehesa que se encuentra allá por San José del Valle muy cerquita de Jerez de la Frontera (Cádiz), a seguir pasteando con las vacas y con su buen pienso. Estocada trasera y tendida le valieron al toro para cumplir su deseo del sueño eterno, y al torero para recibir los aplausos del respetable que aun no había comenzado a aburrirse. Su segundo toro fue el mejor de toda la corrida. Se llamaba “Ostrero”, un toro negro y bravo de 532 kilos, que transmitía la emoción de la que Perera adoleció en toda la tarde. Se vino arriba en banderillas y humillaba tanto que dejó el albero lleno de carriles… de tanto arrastrar el morro cuando buscaba con ahínco el vuelo de la muleta. Vamos que el argot taurino este toro fue lo que se llama “un caramelito” para un torero. Pero claro si el torero no esta fino el caramelito se malogra y sabe amargo en vez de dulce. Perera comenzó con un pase cambiado desde los medios; le dio varias tandas de derechazos por bajo muy buenas y en esto… arrancó la banda que dirige el maestro Tristán hijo. El toro transmitía emoción, era noble y bravo…un toro que ayer en otras manos hubiera sido de lío gordo, pero aquello comenzó en segundos a afearse y a desinflarse, y de la emoción se pasó en milésimas de segundos a la decepción. La banda dio un golpe de bombo y volvió el silencio a la Maestranza. Pinchazo y gran estocada…y aplausos para el toro en el arrastre y también para el torero. El tercero de su lote “Maestro” de nombre prometía pues humillaba y se revolvía con ambición, tanta que se hizo daño en una de las embestidas y resultó lesionado. El sobrero de nombre “Taranta”, salió con toda su buena voluntad de toro, pero a estas alturas de corrida (era el quinto en lidiar) la gente estaba ya harta y dormía dulcemente. Pareció un espejismo….como si hubiera salido un toro verdadero, de carne y hueso, y el público despabiló. El toro galopaba en sus embestidas y daba emoción al encuentro. Repetía con celo y emoción…pero el público ya estaba en contra de los toreros, pues ambos había tenido tres tardes en Sevilla y se iban de la Feria sin hacer nada. Y es que Perera no está bien…algo le pasa, pues no es normal que un toro como este le dieran tantos enganchones a la muleta, y es que no templaba bien. Estocada, primer aviso y descabello. El público aplaudió al toro en el arrastre y pitó sonoramente al torero.