Se me antoja difícil que nos veamos en otra tan, entre comillas, sencilla y con posibilidades de ganar al Barsa con comodidad. Pasamos de un posible tres a cero a un uno a tres en un abrir y cerrar de ojos y todo por nuestra escasa calidad a la hora de hacer gol, sobre todo en jugadores llamados para esta labor como por ejemplo Gameiro. El francés no atina entre los tres palos ni en sus mejores sueños. Marcamos a duras penas y para ello tienen que participar los Coke, Fazio, Rakitic o como hoy Alberto Moreno porque hasta Bacca ha perdido el olfato goleador de principios de temporada.
Sin embargo hay algo en lo que no cambiamos y nos mantenemos firmes en nuestro estilo y es en defender cada vez peor. Si hubo un atisbo de mejoría en algún momento, se quedó en eso, en una ráfaga de lección aprendida. Perdemos las marcas con suma facilidad y al contrario, llámese como se llame, tan sólo le hace falta un pellizco de calidad y algo de suerte para que Beto tenga que recoger el balón de las mallas varias veces por partido, porque en los tres últimos hemos recibido la friolera de diez goles en contra.Podríamos lavar un poco la imagen del Sevilla achacando el primer gol del Barcelona a un fuera de juego clamoroso que vio "to Dios" menos el árbitro y su juez de línea, pero no, la verdad es que antes de ese gol de los blaugranas pudimos aumentar nuestro marcador en, al menos, dos ocasiones claras. Fallaron clamorosamente Rakitic, Vitolo, Bacca, Gameiro, Cherysev y remate al palo incluído para colmo de males.
Llevamos cero de nueve posibles. Mal, muy mal balance el de la últimas jornadas. Balance para quedarnos fuera de todo por deméritos propios y con un partido a la vista ante un Valencia en racha que viene de lucirse ante nuestro eterno rival.
No termina este Sevilla de convencer a nadie. No termina Emery de dar con la fórmula de las alegrias y nos deja sólo destellos muy de vez en cuando. Ya se dejan ver por ahí cambios de banquillo para la temporada venidera, cambios que de ser ciertos a estas alturas, no harían más que desmejorar el rendimiento de este equipo tocado anímicamente y darnos a enteneder a los aficionados que la temporada está rendida.