Sevilla fc de baloncesto

Publicado el 15 junio 2014 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Por Fernando Gallego

No, no nos hemos vuelto locos; aquellos que estéis prestos a lucir canas en la cabellera, o ya lo hagáis, quizá recordéis que allá por los años 60 el Sevilla tuvo su propia sección de baloncesto, por donde pasaron nombres tan ilustres del mundo de la canasta como Antonio Díaz-Miguel, excelente jugador y entrenador que llevó a la Selección Nacional a obtener la plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. 

El génesis de la historia sevillista en las canchas lo encontramos en el verano de 1960, cuando el Club Atlético Deportivo Universitario (C.A.D.U.), acuciado por problemas económicos, fue rescatado por el Sevilla Fútbol Club, cuya asamblea de socios había decidido de forma unánime patrocinar e incorporar a su organigrama equipos de baloncesto, rugby, atletismo y balonmano. La disciplina sevillista pasaba a contar con más de 100 nuevos deportistas que estarían bajo la dirección de Antonio del Río Cumbreras, directivo del club. En estos años, la esencia del club decano de la capital era el ser polideportivo.

Sevilla F.C. en la cancha de Labradores con la Torre del Oro de fondo. Foto: A. Serafín, Hemeroteca Municipal.

La temporada 61/62, primera cima superada de la sección de baloncesto, tendría como marco el grupo VIII de la Segunda División Nacional, que estaba integrada por Sevilla F.C., Bazán San Fernando, Natación Sevilla, Sindicato de Frutos, Gil Martín de Huelva, Real Betis B., Badajoz, Cáceres y Ademar Maristas de Málaga.

El Sevilla, debutante en esta categoría, quedó campeón invicto al lograr 16 victorias en 16 partidos. Leopoldo Codina, ex jugador de Estudiantes y Real Madrid, fue el jugador más destacado de los rojiblancos. El equipo quedaba completado por estudiantes universitarios y aficionados, entre los que se encontraban Mellado, Antonio Abascal, Carrasco, Emilio Laguna (jugador-entrenador), Víctor Ruiz, Luis Jos, Bell y Villegas. La fase de grupos de ascenso se disputó en Piscinas Sevilla, feudo sevillista, y el club anfitrión batió sin despeinarse a Náutico, Melilla y Ateneo. En la fase final, que tuvo lugar en Zaragoza, no hubo la misma suerte.

La siguiente temporada, la 62/63, comenzaba con el mismo objetivo en la mente: ascender a la división de honor del baloncesto español. Para afrontar este reto el club hispalense se reforzó con Luis Trujillano, internacional en 25 ocasiones, y Adolfo Beneyto, procedente del Canoe madrileño y que desarrollará también funciones de entrenador. Las victorias se sucedieron, alcanzándose por segunda vez la fase final de ascenso, donde el último escollo sería el F.C. Barcelona. El primer partido de la promoción se juega en la ciudad condal, donde el club azulgrana se impuso por cinco puntos. Los sevillanos vencen en la vuelta y fuerzan el partido de desempate, que finalizará con el esperado ascenso.  El Sevilla Fútbol Club se convertía de esta manera en el primer equipo andaluz en ascender a Primera División.

Panorámica del Sevilla F.C. – F.C. Barcelona de la fase de ascenso disputado en Piscinas Sevilla. Foto: A. Serafín, Hemeroteca Municipal.

Con el ascenso a la máxima categoría tuvo que efectuarse una reforma en Piscinas Sevilla, pista habitual de los sevillistas a excepción de cuando llovía, que utilizaba el taller de la SEAT de la avenida Felipe II –donde era necesario retirar todos los coches- o la Universidad Laboral, primera cancha cubierta de Sevilla. La exigencia que suponía tener que enfrentarse a clubes como Canoe, Real Madrid, Águilas de Bilbao o Helios de Zaragoza, evidenció la necesidad de incorporar a jugadores más dinámicos como Neal y Barnes, estadounidenses que se encontraban en San Pablo y Morón realizando el servicio militar.

Única foto a color existente del Sevilla F.C. que compitió en Primera División. Archivo particular Ignacio Villa.

El hecho de que muchos de sus jugadores compaginaran vida laboral y baloncesto era seña de que el camino sería difícil, pero el club pionero de la canasta andaluza supo vender cara su piel. Comenzó venciendo a Canoe y Agromán en sus dos primeros partidos y complicándole su visita a Sevilla al Real Madrid de Luyk y Emiliano, vigente subcampeón de Europa. A pesar de ello, la falta de profesionalización con respecto a los otros equipos acabó por costarle la categoría a los rojiblancos, que retornaban a la Segunda División.

Sevilla F.C. en 1964. Foto: A. Gelan, Hemeroteca Municipal.

El futuro de la sección se volvió incierto tras un nuevo ascenso y otro descenso. Algunas de sus figuras marchan a Real Madrid o Kas Vitoria, desencadenándose una grave crisis. Ante las bajas y falta de disponibilidad de sus jugadores el Sevilla F.C. decide disolverse a mediados de 1967. La odisea llegaba a su fin, el baloncesto español quedaba huérfano de uno de sus miembros históricos.

Fuente: GALLARDO, M. "75 años de historia del baloncesto andaluz", Junta de Andalucía, Sevilla, 2006.