I
¡Qué presume Cantillana
de su devoción mariana!
forastero no te apures
que la Virgen, no lo dudes,
es su Reina y Soberana.
Siente como el pastoreño
cuando canta y dice vivas,
te quedará "pa" el recuerdo
que sólo en su pensamiento
está la Pastora Divina.
Y siente como la pena
se olvida en la romería
que el pastoreño se entrega
tan sólo pensando en Ella,
en su Pastora Divina.
II
Sólo el pastoreño sabe
Reina, de tu inmensidad
y no puede imaginarse
como personas sin sangre
a Ti te pueden faltar.
No creo que lo que digo
sea cosa de molestar
yo defiendo lo que es mio
y a una madre son sus hijos
quienes muestran lealtad.
Si tan sólo con mirarte
entran ganas de llorar
tu belleza incomparable,
Pastora tu eres mi madre
y sobra "tó" lo demás.
III
Costalero que respiras
la gloria por Cantillana,
la brisa busca ese día,
entre sones de alegría,
respiraderos de plata.
Sus faldones son de oro
pura elegancia más fina,
para llevar con aplomo
costalero tu tesoro
que es la Pastora Divina.
La clase y el señorío
del pastoreño estandarte
su paso siempre ha "lucio"
y pa orgullo de sus hijos
no tapará nunca a nadie.
IV
¡No existe cosa más grande
que avive nuestra pasión!
que tenerte como Madre
como Reina incomparable
que seas mi fe y devoción.
Cuando se acerca tu día
y empieza a oírse el tambor,
Cantillana de alegría,
de rojo y gualda vestía
muestra todo su esplendor.
Y septiembre pastoreño
y siempre al son del tambor
cierra el broche a sus festejos
con romería de ensueño
y aquí todo se acabó
Antonio Portillo Daza