LA PRINCESA SHAN-YIN (DINASTÍA SUNG-SIGLO V): Ordenó construir una gran cama, diseñada especialmente por ella, en la que pudieran acostarse no menos de treinta hombres, para su uso y disfrute.
PAULINA BONAPARTE (1780-1825): El colmo de una ninfómana es contraer matrimonio con un hombre armado de forma ínfima o, para hablar con menos adornos, dotado de un pene minúsculo. Decepcionada, y quizás en exceso furiosa por su frustración, pronto encontró un amante que no sólo tuviera un gran talento, sino que además fuera capaz de herirla en sus múltiples coitos. Los médicos le recomendaron abandonar semejantes prácticas argumentado que "La presente condición del útero está causada por la constante y habitual excitación de dicho órgano; si esta situación continúa puede presentarse un cuadro extremadamente peligroso." Si Paulina Bonaparte hizo o no caso de sus ginecólogos es otra historia.
THERESA BERKLEY (?-1836): Propietaria de un famoso burdel en Inglaterra ofrecía servicios de lo más variado y pintorescos, desde fustigaciones, flagelaciones y azotes varios. Había especialidades ciertamente interesantes, como la posibilidad de ser restregado con acebo y ortigas y el castigo que infligía con sus látigos, que cuidaba delicadamente manteniéndolos en agua para garantizar su flexibilidad. Pero por lo que Theresa pasaría a la historia es por inventar la máquina conocida como "caballo de Berkley", en la cual se podía desarrollar todo su arte y talento. De gran popularidad, le permitió ganar una suma considerable cercana a las diez mil libras esterlinas, que legó a su hermano misionero. La historia hubiera sido más interesante si el beneficiario hubiera aceptado el dinero, pero, por desgracia, no lo hizo. Y es que el dinero, cuando procede del pecado...
LADY JANE ELLENBOROUGH (1807-1881): Fue amante del rey Luis I de Baviera, de su hijo el rey Otto de Grecia y de Honorato de Balzac. Se casó con un jefe beduino y contando con la edad de 73 años escribió en su diario: "Ya ha transcurrido un mes y veinte días desde que Medjuel se acostó conmigo por última vez. ¿Cuál puede ser la razón?". Bueno, ya saben que el sexo no tiene edad de jubilación.
ISABEL BÁTHORY (1560-1614): Siendo aún joven se rió de una anciana que le maldijo y le profetizó que en poco tiempo estaría tan vieja como ella. Obsesionada, recurrió al secuestro de jóvenes doncellas a las que seducía y desangraba para bañarse en su sangre. Conocida como "la condesa sangrienta", tiene el récord Guinness de asesinatos cometidos por una mujer, unos 630, aunque no se sabe a ciencia cierta si tal fama era real o tan sólo una exageración de sus enemigos políticos.
CLEOPATRA (69 a.C.- 30 a. C.): Apodada por los griegos como la "merichane" (la boca de los diez mil hombres), se rumoreaba que fue capaz de practicar la felación a cien soldados romanos en tan sólo una noche.