Es un lugar común pensar que el sexo implica un mayor riesgo para las personas que padecen o han sufrido una enfermedad cardiovascular. Pero no es así.De hecho, según la American Heart Association (AHA), la ausencia de sexo está relacionada con la ansiedad y la depresión. La actividad sexual les aporta una mayor calidad de vida. Es razonable que quienes sufren enfermedad cardiaca severa no tengan sexo. La carencia de relaciones sexuales sí se relaciona con ansiedad y depresión.