Pero un orgasmo está lejos de ser una explosión de sentidos, es sólo un reflejo, que produce algunas contracciones en las paredes vaginales que duran muy pocos segundos.
Por eso, está bueno saber que un encuentro sexual puede ser muy placentero y disfrutarse mucho usando toda la superficie de nuestra piel sin reducirlo a una mera y breve sensación genital. Sería subestimar mucho nuestro encuentro sexual.
Entonces, no todo depende del clímax, sino que es importante conocer el propio cuerpo, animándose a recorrerlo, mirarlo y acariciarlo, y aprender las señales placenteras que él nos devuelve. Pero a veces transcurren años hasta que nos animamos a pedir lo que nos gusta.