Sh villa gadea (altea - alicante)

Por Candreu


SH Villa Gadea (*****)
Partida de Villa Gadea
03599 Altea (Alicante)
Telf: 966.817.100
Fax: 966.881.878
reservas.villa.gadea@sh-hoteles.com
www.hotel-villa-gadea.com
Habitación: 1007
Fecha de Entrada: 21/08/2009
Tarifa: 120€ (Alojamiento y desayuno)
Un enorme edificio blanco situado entre el mar y la carretera que une la AP7 con Altea, el encantador pueblecito con una de las cúpulas más famosas del Mediterráneo acoge un gigantesco hotel preparado para el turismo vacacional de semilujo durante la temporada veraniega y para las reuniones y convenciones durante el resto del año.
Bajo un gigantesco pórtico nos espera Andrés para hacerse cargo amablemente de nuestro equipaje y de nuestro coche, que dormirá en el garaje del hotel. Tras la puerta corredera la recepción resulta inmensa. Con el techo en lo más alto del edificio nada más pasar la puerta y con un techo de madera con figuras cuadrangulares sobre la zona del mostrador. Varios sofás de colores neutros completan un espacio que da cierta sensación de empaque y lujo.
Tras el mostrador hay pocos recepcionistas para tan grande establecimiento por lo que la espera se hace algo larga. Una vez delante del mostrador aunque la intención es atender lo más rápido posible, los trámites son excesivamente lentos. DNIs, tarjetas de crédito… Lo más curioso es que luego acabo firmando un bienvenida de un tal Carlos Andreu que vive en la calle Fray Luis Amigo de un pueblo de la provincia de Zaragoza… ¡¡y yo sin saber que había otro paisano con mi nombre!!. ¿Para eso tanto trámite y tanta seguridad?
El propio Andrés nos acompaña hasta la habitación. Esta está situada en la misma plata de recepción. Corremos un largo pasillo muy iluminado gracias a los ventanales de techo a suelo del edificio que se abren en él y al que se abren los pasillos de las plantas inferior y superiores. Moqueta color arena que amortigua el silencio frente a enormes puertas de madera oscura decoradas con el logotipo algo caduco del hotel. Se nota por detrás la mano de un genial constructor-inmobiliario.
Tras la puerta, suelo porcelánico color crudo, no demasiado desagradable para el pie descalzo, pero sobre todo de limpieza muy práctica en un sitio donde la arena lo rodea casi todo. En el recibidor encontramos la puerta del baño, un pequeño armario con un espejo y el gran armario ropero perfectamente equipado hasta con zapatero. Tras el armario otra puerta aumenta el aislamiento respecto del pasillo. Entramos en el dormitorio. Enorme, en tonos claros: arenas, crudos y maderas claras, bien iluminado para la estancia pero no pensado para el trabajo.
Una inmensa cama con un cabecero sobre el que pende como estandartes de nuevo el logotipo del hotel. Se cubre con una colcha marrón clara a juego con las cortinas. Dos mesillas de madera con pequeños equipos de iluminación en forja. Interruptores cercanos pero no enchufe para el móvil. Junto a la enorme cristalera que da acceso a una terraza con magníficas vistas a la piscina y al mar hay una pequeña mesa de centro, un sofá cama y una mesa con dos sillas. A los pies de la cama un enorme armario hace las veces de incómodo escritorio que alberga un plasma algo pequeño un minibar y un maletero.
La cama resulta confortable. Las sábanas son correctas pero nada más. Quizá esperábamos algo más para un cinco estrellas. El aire acondicionado funciona perfectamente pero hace demasiado ruido como para dormir con él encendido. El potente, aunque algo descuidado foscurit y la tupida cortina apagan la luz del Mediterráneo que se cuela por la ventana. La doble puerta (de la entrada y otra que separa la entrada del dormitorio) hace que la insonorización sea suficiente para poder descansar agusto.
El baño se presenta en mármol rosáceo. La luz no es lo mejor del baño, pero todo lo demás resulta impresionante. El espacio es enorme. Un gigantesco espejo se presenta frente a una larga encimera que alberga dos lavabos de correcto mantenimiento. Junto al lavabo, una bañera con hidromasaje a un lado y al otro lado una cabina de ducha protegida por una puerta de cristal con el logotipo del hotel y presentada con una increíble alcachofa de efecto lluvia con temperatura, caudal y presión formidable. Un poco separado se presenta el inodoro y el bidet.
La lencería es correcta. Toallas grandes y mullidas. El set de amenities de baño de Etro elaboradas especialmente para la cadena resulta suficiente aunque se presentan en una vieja cesta de mimbre.
Por la noche el servicio de cobertura apenas cambia las toallas dejándolas sobre el lavabo y deja dos bombones sobre la cama. Nada más. Por la mañana un espléndido buffet de desayuno nos prepara para un día de playa o trabajo. Simpáticamente atendido permite evitar el terrible café recalentado y pedir un cortado espresso.
La salida en recepción resulta de nuevo lenta por la escasez del personal. A esperar a que terminen los otros clientes para que te pregunten por el minibar. Todo lo contrario ocurre con el equipo de maleteros que se desvive por recogerte las pertenencias y trasladarlas al coche.
Calidad/precio: 8.5
Servicio: 8
Habitación: 8.5
Baño: 9
Estado conservación: 8.5
Valoración General: 8.5