Durante casi dos horas, condujo a sus seguidores al llanto: se envolvió en la bandera, bailó cada uno de sus pasos e hizo una versión de Nothing Else Matters, de Metallica.
Uno de los momentos más destacados fue cuando invitó a cuatro niñas a que se subieran al escenario a bailar.
"Son el mejor público del mundo, te quiero, Colombia": con esta frase, se despidió, mientras sonaba el Waka-Waka, bajo una lluvia de serpentinas de colores.