Un joven atormentada, su padre epiléptico, y una remota gasolinera en las Highlandsesocesas. Suena a peli de terror programada en la madrugada de Sitges pero hablamos de un voraz amor imposible descubierto en San Sebastián. El pasado año, su responsable era elegido como una de las Estrellas Británicas del Futuro por la revista Screen International. Las razones, pudimos aventurarlas el pasado mes de septiembre tras brillar con luz propia entre los Nuevos Directores del Zinemaldi. Razones traducidas en virtudes que este pasado fin de semana le encumbraban comoMejor Película del Festival de Turín. Curiosamente, "Shell" también evoca a "The Turin Horse", película con quien comparte cuerpo y alma, además de ciudad.
¿De qué va?
Shell vive con su padre Pete en una remota gasolinera de las Highlands escocesas, tan solo ellos dos luchando contra los elementos y el imposible amor que sienten el uno por el otro. Mientras Pete se vuelve cada vez más retraído y solitario, Shell comienza a actuar como una sirena para atraer a quienes pasan por allí. Aunque ella aún no lo sabe, este será el último invierno que pasará en la gasolinera.
¿Quién está detrás?
El escocés Scott Graham lleva al formato largo su exitoso cortometraje. "Shell" significa su ópera prima.
¿Quién sale?
Chloe Pirrie y Joseph Mawle repiten como padre e hija. Michael Smiley, coprotagonista de "Kill List", completa el reparto.
¿Qué es?
The Turin Horse + Home ¿dulce hogar?
¿Qué ofrece?
Mirada opresiva, entorno hostil, dos interpretaciones extremadamente viscerales, profunda carga psicológica y una perturbadora capacidad de sugestión. "Shell" sumerge al espectador en un estimulante limbo de tormentosas sensaciones captadas siempre a flor de piel. Lo se, suena enfermizo, y de hecho, lo es. Con muy pocas palabras pero impoluta factura, la constante exploración visual y sonora que formalmente articula Scott Graham se traducen, a su vez, en la mejor elección posible para diseccionar con trazo tan fino y delicado, como agresivo y brutal, el ¿enfermizo? amor paterno-filial que retrata "Shell". Y no, el mundo no se acaba en su gasolinera, aunque ciertamente, el mundo de Shell si lo haga. Por algo llegan ecos del caballo de Bela Tarr...además del Festival de Turín.