Y es que en esta ocasión el mayor problema al que se enfrente Sherlock es la boda de Watson y sus funciones como mejor amigo del novio si bien el peligro está al acecho alrededor de la ceremonia de boda al querido doctor. Por lo que tendremos a l protagonista intentando resolver un caso a contrarreloj a través de flashbacks e invitados mientras lidia con el discurso del padrino y labores derivadas.
Creo que ya he comentado las líneas principales en el reparto de proporciones del capítulo pero no por ello pretendo dar a entender que sea un mal capitulo, ni tampoco que sea grandioso, pero si tenemos una historia bastante bien entrelazada con muchas dosis de humor y los huecos restantes dedicados a un misterio por resolver quedando aun así una buena mezcla de comedia y drama.
Normalmente repartiría meritos entre los protagonistas de la serie, que siempre queda bien y políticamente correcto, pero este episodio parece hecho para que Benedict Cumberbatch se pueda lucir y bien que lo hace con un personaje cada vez más bien definido y con un más amplio registro del que se ha hecho dueño. No se trata solo de una interpretación que nos muestre un lado cómico del personaje de Sherlock si no muestra una faceta más humana del personaje con las personas a su alrededor, algo que en las anteriores temporadas podría pasar por algo puntual aquí se muestra de otra forma, a su manera Sherlock puede preocuparse por los demás y su manera es normalmente más divertida que la de los demás.
Concluyendo no podríamos hablar de un capitulo sobresaliente pero si es un capitulo notable donde tenemos al Sherlock mas humano que posiblemente hayamos podido ver en estas tres temporadas, a su manera siempre, con unas buenas dosis de humor si bien puede que el caso de este capítulo si bien se mezcla bien con la historia general puede parecer en algún tramo que se precipita demasiado abruptamente al final pero como ya se ha dicho esto no deja de ser una serie sobre un detective más que sobre detectives.