Sucede que a veces nacen seres especiales. Seres que tienen la habilidad de despertar grandes sentimientos a las personas que tienen la suerte de conocerlos y, sobretodo, que tienen el corazón listo para captarlos.
Este es el caso de Shoco.
Enseguida de ser rescatado lo trasladamos de Sevilla a Sant Feliu de Guíxols, donde Esther y Alfonso lo esperaban para abrirle las puertas de su casa de acogida y regalarle un trozo de su corazón. A pesar de estar apanicado, tardó muy poco en ganarse también un trozo del corazón del resto de compañeros de Sant Feliu, y no sólo de ellos sino de muchas personas que no han tenido la fortuna de conocerlo personalmente.
En casa de Esther y Alfonso empezó su recuperación. En primer lugar hubo que vencer a la filaria, el maldito gusano del corazón. Fue una recuperación lenta y dificultosa, como lo es siempre que algún perro se enfrenta a esta enfermedad. Pero Shoco estaba rodeado de cariño y atenciones y afrontó la lucha acompañado.
Olvidada la filaria hubo que empezar la recuperación de la pata rota, que requería, al menos, una cirugía y mucha rehabilitación.
La vida de Shoco ya no tenía nada que ver con la de aquel galgo que llegó a principios de diciembre. Su pánico se transformó en timidez hacia los desconocidos y en desfachatez hacia los conocidos. Atrás quedaron las miserias para dar paso a la felicidad.
Y así es como se abrió el último capítulo de la acogida de Shoco. La vida, la caprichosa vida, quiso que el destino lo cruzara en el camino de César Millán, el encantador de perros, que tardó segundos en notar ese algo que desprende Shoco. La conexión fue inmediata.
La.vida quiso que aquel sparring de perros de pelea se convirtieta en el mayor embajador de los galgos españoles.
Su partida no fue fácil. Esther y Alfonso ya se habían hecho a la idea de que aquel galgo que llevaba nueve meses con ellos no saldría ya de su manada, pero en un inmenso acto de generosidad, uno de aquellos de los que solamente son capaces las casas de acogida, decidieron darle a Shoco la oportunidad de hablar por los miles de perros, ya no sólo galgos, maltratados día tras día en España, desde el puesto que la familia de Cèsar le ofrecía junto a Junior y Coco. Con el corazón compulgido le prepararon un equipaje que además de collares y su mantita incluía muchos buenos recuerdos y un enorme frasco de cariño, un cariño que nunca se acaba. Como todos los animales que han vivido en una casa de acogida, Shoco se llevó también los trocitos de corazones que había tocado durante su estancia.
El pasado 18 de agosto Esther y Núria acompañaron a Shoco a encontrarse con su familia y desde allí empezar su nueva vida de galgo adoptado.
A Shoco le espera una vida llena de aventuras formando parte de tan famosa manada. En breve èl también será un recuperador de perros y junto a Junior y Coco dará voz a los perros maltratados de España y del mundo entero. Y seguirá guardando trocitos de corazón de millones de personas que, de una forma u otra, tendrän la oportunidad de conocerlo y escuchar su mensaje.
¡Sé muy feliz, amigo Shoco!
Galgos112