No se pueden imaginar lo difícil que me resulta ponerme a escribir estas líneas, como ustedes saben por entradas anteriores a este mismo blog, el señor Rodriguez no es santo de mi devoción. Aunque algunos estén interesados en ver cosas que no hay en su trabajos, pero lo que si le ha acompañado durante su carrera es la suerte, ya saben unos nacen con estrella y otros estrellados, lo que por unos motivos u otros hace que consiga hacer lo que relativamente quiera.
Esta vez, pienso que no me van a llover gorrazos como me ocurrió con la entrada de El mariachi (1992), lo primero porque esta película a no ser que tengan vástagos creo que nadie se arriesgaría a ir al cine a verla y lo segundo porque es mala pero de verdad. Tiene tan mala calidad que parece que está hecha adrede para que no guste, incluso un público tan fácil como el infantil sale desangelado de la sala al acabar la misma.
Para comenzar, la estructura del film es incongruente, porque este señor se empeña en hacer capítulos dentro de una historia que se hubiera podido contar de principio a fin sin ningún problema manteniendo el orden cronológico. Pues nada para darle sofisticación al tema, ni siquiera pienso que pretendiera darle calidad, empieza a ir adelante y atrás en el discurrir de los hechos para ponerles la cabeza como un bombo a los críos y a nosotros los padres que ya andábamos despistados por la falta de interés en la que andábamos inmersos.
Por si todo esto fuera poco, se incurren en algunos de los típicos tópicos del cine infantil que de verdad ni ganas tengo de describir y aburrirles con ellos. Pero es que lo peor de todo ni siquiera con los gags consigue arrancarnos ninguna sonrisa, los personajes mas que caricaturizarlos lo que consigue es ridiculizarlos con una historia aburrida, anodina, que deja a todos peor que al principio, aunque pretenda darnos la ración de moralina barata de la conclusión final del film.
De verdad que sería de agradecer que este señor se apartara del mundo del cine porque para las cosas que hace casi mejor que no haga nada. Además con cosas como esta, especialmente malas, me pone en un compromiso con mi hijo, este ve el trailer y la imaginación comienza a funcionar, su padre se tiene que rascar el bolsillo para al final salir con el mal sabor de que mi hijo se ha aburrido y encima nos han metido un pellizco considerable en el bolsillo.
TRONCHA