Show Me a Hero

Publicado el 20 septiembre 2015 por Msalieri @CriticasEnSerie
David Simon no está para tonterías. Los que estamos atentos a su trabajo, lo sabemos. La crítica social y política, la mirada a lo más incómodo de la realidad es su especialidad. Quien haya visto 'The Wire' o 'Treme' sabe de lo que hablo. Detrás de cada personaje hay un fondo y un mensaje que dar. En esta ocasión, Simon, con la dirección de Paul Haggis, ha convertido en miniserie una historia real, de las que te hacen pensar, posicionarte y mirar a tu alrededor con otros ojos.
Show Me a Hero
2015
A finales de los años 80 el juez Sand obligó a la ciudad de Yonkers (New York) a construir 200 viviendas sociales en diversos barrios de la ciudad. La idea era acabar con los guetos, llevar a barrios de blancos acomodados a negros en situación de práctica exclusión, condenamos a vivir rodeados de delincuencia. La idea era cambiar la inercia, integrar y hacer mejorar la convivencia. El problema es que parte de la población se rebeló contra la sentencia: no querían a gente pobre en sus barrios, no querían a delincuentes o simplemente, aunque no lo verbalizaran, no querían a gente de raza negra andando por sus aceras.
En ese momento, en medio de todo el lío, cuando el ayuntamiento se enfrenta el juez y éste amenaza con multas, cárcel y llevar a la ciudad a la bancarrota si no acata la orden de construir esas viviendas, llegan elecciones a la alcaldía.
Así arranca esta miniserie, con política, gente dando gritos y maniobras para ganarse la poltrona en el ayuntamiento de Yonkers, que por entonces no tenía más de 15.000 habitantes (ahora llegará a los 200.000).
Aunque como es habitual en las series de Simon el protagonismo es coral, el personaje de Nick Wasicsko, quien tomará las riendas de Yonkers en su afán por trepar en la escala política, tiene más peso que el resto. La ambición por llegar a lo más alto es lo que le mueve, y empieza bien, pero la política que cree dominar es un arma de doble filo. Ya lo iréis viendo. A Nick lo encarna Oscar Isaac ('Inside Lewyn Davis').
En la calle conoceremos a muchas familias, madres e hijos atrapados, padres delincuentes, viviendo en barrios marginales en los que es difícil subir en un ascensor sin encontrarse con alguien traficando. En esta ocasión David Simon no se mete en las tripas de la droga. No es el objetivo. Ahora lo que toca es explicar que esta misma gente puede llevar una vida digna si se le ayuda, y no caer ni dejarse arrastrar por el caos que impera en un barrio de ese tipo. Claro que esto no es lo que ve la población blanca y acomodada de Yonkers. Para ellos, que construyan casas sociales en su barrio lo que hará será bajar el precio de sus casas, traer delincuencia, caos y el fin de los tiempos, si cabe. La única manera de hacerles ver que eso no será así es a la fuerza. Y esa es la posición del juez Sand.
Mientras todo se decide, veremos cómo viven Doreen Carmen y sus hijos, ajenas en principio a lo que sucede en el ayuntamiento aunque en realidad es de sus vidas de lo que se está hablando.
El personaje de transición en esta historia es Mary Dorman, una vecina preocupada desde el principio con la construcción de estas viviendas, que ve que los políticos lo que hacen es tomar el pelo a todos pero que tiene una actitud mucho más receptiva, aunque en principio sea de las que más beligerantemente se toma la sentencia. El papel de Mary lo interpreta la casi irreconocible Catherine Keener ('Capote', 'Cómo ser John Malkovich').
Tres  personajes con actores de peso son el concejal Spallone, que enarbola la bandera anti viviendas con un estilo populista muy divertido, encarnado por Alfred Molina ('The Normal Heart', 'An Education'), la amiga de Nick, Vinni Restiano, interpretada por Winona Ryder, actriz recuperada del olvido para esta serie ('Reality Bytes'), y James Belushi, aquí el alcalde saliente ('El mundo según Jim'). Entre los secundarios, también reconoceréis a un fijo de Simon, Clarke Peters ('The Wire', 'Treme') y al ex 'The Walking Dead', John Bernthal.
En fin, no me enrollo más. Seis capítulos para contar una historia que, como decía, se basó en hechos reales aunque aquí llega como una adaptación del libro de Lisa Belkin del mismo nombre, dirigida por Paul Haggis ('Crash', 'Casino Royale').
Y ahora, a esperar a que Simon vuelva a ponerse a pensar.