'Shrek': Un soplo de aire fresco

Por Cinefagos

 

El ogro verde y el asno parlante fueron un soplo de aire fresco en cuanto a las películas de animación. Su burla y su parodia hacia las películas de animación tradicionales (sobre todo las de Disney) fue divertido (y con razón) para gran parte del público. A eso habría que sumar unas canciones pegadizas, unos diálogos frescos y dinámicos y algunas escenas simplemente brillantes.

El secreto para mí fue el no caer en lo rutinario. No hacer una película típica, como tantas veces se ofrece, donde los secundarios que quieren hacer gracia no lo consiguen y el protagonista te recuerda a muchos otros que ya hemos visto.

Aquí “Shrek” es un antihéroe, el sólo quiere vivir en su ciénaga plácidamente y el resto le da totalmente igual. Asno no para de hablar (una supuesta burla hacia los animalitos de la empresa del ratón más famoso del mundo) y sus chascarrillos no dejaban indiferente a nadie. A eso se le suma una princesa que bien poco tiene de princesa (de nuevo, una vez más, otra referencia hacia las mencionadas películas de antaño) y un villano que para sí lo quisieran no pocas películas que presumen de ser comedia.

Shrek es una película que tiene guiños a otras películas, aparte de las de Disney De ahí que películas que estaban de moda, o que habían marcado, se pudiesen ver reflejadas en algun que otro momento. La princesita es una mujer de armas tomar, con su corazoncito eso sí, y el efecto “bullet-time” hace acto de presencia en un momento dado. Demostrando que no por tener un vestido y trenzas, va a tener que ser salvada a las primeras de cambio.

Y la comedia, las risas, se suceden una vez y otra sin descanso. Sea por los diálogos que mantiene el ogro con orejas de trompetilla y el asno con sonrisa prominente, por la tortura del hombre jengibre (genial) o por la complicidad que llegan a mantener Shrek y Fiona

Probablemente lo peor de la película sea el final. Un final que rompe con lo que se ha establecido en ella. El romper muchos de los tópicos. Tampoco podían hacer otro, porque habría sido un atrevimiento y hay que contentar al público y dejar una puerta abierta para futuras secuelas (que fue lo que se hizo posteriormente). Así que la propia película que se burlaba de los topicazos del cine de animación, acaba cediendo y llevando a cabo una pequeña contradicción.

Es una pena que que conforme han ido haciendo las secuelas dicha frescura se ha ido perdiendo poco a poco. Llegando a una autoparodia que ni me ha hecho gracia ni me ha llegado a convencer. Si bien es cierto que los más pequeños se lo pueden pasar bomba, la primera película dejaba satisfecho al público de cualquier edad. Algo que no ha pasado con la últimas películas de la saga (estrenándose una cada tres años). Es lo que suele pasar cuando se estira demasiado la goma. Que al final puede darte en el ojo.

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Fdo: Snake