La cálida e inconfundible voz de Shuarma, el cantautor catalán que lideró Elefantes y que ejerce en solitario desde hace un lustro, dejará patente, esta noche en la sala Supersonic, en Cádiz, que el poder de lo frágil admite mil interpretaciones. El versátil autor renueva su propuesta musical en formato acústico, la única salida posible a la crisis instrumental financiera. Vuelve a Cádiz con otras ínfulas, una década después de sus triunfos de color Azul a bordo de Elefantes, la peculiar banda que se inició con tintes de rock sinfónico, paseó con garbo por el poderoso pop entroncado en la tradición moderna de las edades de oro de los ritmos hispanos, y colmó o defraudó expectativas cuando se declinó por los aires aflamencados. Pese a los vaivenes, Elefantes, y por ende su cantante, siempre evidenciaron un gusto especial y cierta clase a la hora de romper el silencio. Azul, el redondo disco producido por Bunbury, abrió las puertas al grupo, que mantuvo el tipo pero no pudo reeditar el éxito de temas tan espectaculares, incluida la versión de "Se me va", del gran Bambino. Shuarma, por su parte, vence su timidez con sus mejores armas. Un universo particular que, por otra parte, siete escritores y cinco dibujantes gallegos han plasmado en un libro, redibujando contornos, afilando la memoria, emociones in crecendo, ráfagas de luz y piezas abstractas para recomponer la figura del mundo.