Sí al matrimonio homosexual

Por Rgalmazan @RGAlmazan

Esta tarde se emitió la respuesta del Tribunal Constitucional al recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el PP hace más de siete años. El veredicto será rechazar dicho recurso.

Se trata de un fracaso del Partido Popular y de un triunfo de la sociedad. Un fracaso de la Iglesia y un triunfo del Estado civil. Hoy Mariano Rajoy y Rouco deberían pedir perdón por haber tratado de quitar derechos a una parte importante de los ciudadanos. Pero no, no lo harán.

Rouco seguirá atacando, con su homofobia habitual, a este tipo de matrimonio, mientras no dice ni pío o disculpa, como un pecadillo menor, la pederastia practicada por algunos de sus sacerdotes. Y Mariano y su partido mirarán a otro lado, como si no hubieran sido ellos los que interpusieron este recurso.

De hecho, uno de los diputados peperos –seguramente el adelantado para esta cuestión—, Santiago Cervera, ya ha declarado que la sociedad ha superado esta prueba. Lástima que no se hayan dado cuenta hasta hoy y no retiraran este recurso antes. Ellos son así. Una vez más, siendo los protagonistas, harán como si pasaban por allí.

Es bueno que la memoria no nos falle. Todavía recordamos como Mariano Rajoy declaraba contra el matrimonio homosexual y se unía a las manifestaciones convocadas por el Foro de la familia y la Iglesia. Sin embargo, ya verán como no dirá ni mu. ¿Pedirá perdón a los 40.000 matrimonios homosexuales que han tenido en vilo durante estos años? No, no lo harán. Su soberbia se lo impide.

El hecho de que el matrimonio homosexual haya salido adelante va más allá de dicha aceptación legal. Reconoce derechos que podrán ser usados o no, pero que sirven para normalizar a una parte importante de la población, a la que todavía se discrimina. Es ganar una batalla social por la igualdad de derechos de los homosexuales, aunque todavía no se haya ganado la guerra.

Hoy el matrimonio, todo tipo de matrimonio está en crisis. Sobre todo, el matrimonio por la Iglesia, pero también los civiles. Sin embargo, el hecho de que los homosexuales puedan unirse en matrimonio, lo hagan o no, les avala socialmente y permite ver la homosexualidad como lo que es, una orientación sexual tan respetable como la heterosexualidad y que debe tener los mismos derechos.

Es entendible que Rouco y su Iglesia en su afán de dar y quitar derechos de acuerdo a sus creencias, se haya enfrentado a este matrimonio. Su homofobia es reconocida y forma parte de su doctrina. Ya no lo es tanto –si no lo conociéramos— que el Partido Popular, un partido que se declara de “centro-derecha” haya tratado de impedir que una parte importante de la ciudadanía pueda acogerse al derecho que tiene la mayoría.

Es vergonzosa y rechazable esa actitud del PP, pero lo es también esta Justicia que permite que un Tribunal, como el Constitucional, duerma un recurso y mantenga una tensión innecesaria durante tanto tiempo. No hay excusa para que se tarden siete años en estudiar un recurso, discutirlo y votarlo. Una justicia tan lenta es injusta per se.

Salud y República