Tan cierto que son necesidades vitales para todas las mujeres y los hombres, a pesar de las enormes diferencias temporales, porque no es lo mismo la apasionante Roma, que la rígida sociedad católica de hace un siglo. Ni tampoco las diferencias espaciales, porque aún hoy en día en algunos países lapidan a adolescentes acusadas por sus maridos, de mucho más edad, por adulterio.
Al fin y al cabo el amor pertenece a la vida cotidiana y está llena de gente experta que lo sabe todo. Aunque nadie tan enormemente creativo y “didáctico” como Ovidio en su Arte de Amar, pleno de consejos prácticos para seducir y conquistar, tanto para las mujeres como para los hombres. Pues a pesar de que está escrito hace ya más de dos milenios, sigue conservando una sorprendente frescura.
El autor se desenvuelve en el final de la República, Augusto se convierte en el primer emperador del imperio romano. Y Ovidio se sitúa en conflicto directo con el emperador, porque éste quiere divulgar la moral y las ideas conservadoras. Augusto trataba de controlar una sociedad llena de adulterios y vida disipada, relajada en valores morales.
Así decretó las leyes Julias, que castigaba con dureza los delitos contra el honor de la familia. El Arte de Amar había obtenido un enorme éxito provocando su enfado y del sector más conservador de Roma. Ovidio fue condenado al destierro en una oscura región del Mar Negro, aunque se ha discutido sus causas, puede que un posible desliz con Julia, la nieta de Augusto, no obstante se justificó como medio para preservar la moral, que precisamente no la guardo el viejo emperador en su juventud.Claro está, siguiendo al maestro Ovidio, si ella es del Madrid, nosotros del Madrid también, si es del Betis, nosotros del Betis, Si aplaude a un jugador en especial, la acompañamos con sentimiento en el aplauso. Nos alienta que si hay una mota de polvo en la ropa de nuestra amada, la limpiemos con nuestras manos con delicadeza, si no hay mota de polvo… también la limpiamos con delicadeza: Y si su rebeca, en las frías tarde del domingo de Liga, ahora viernes, sábado, domingo y lunes, cae al suelo, no tiramos con diligencia a recogerla, con suerte si lleva vestido, obtendremos el premio merecido.
Ofrece unos sabios consejos a las mujeres para hacer el amor, haciendo hincapié de su fiabilidad, por su larga experiencia. Solicita que no falten los dulces susurros hacia el hombre, que se deje sentir el placer en lo más hondo de las extrañas y que no calle las palabras lascivas en los juegos. Y sólo cuando sea necesario fingir, porque no se encuentre placer con ese hombre “o” en ese momento “u” ambas cosas, que con los movimientos, miradas y jadeos no llegue a notarse.