Imaginemos por un momento que estamos asistiendo como espectadores a un Congreso sobre Medios de Comunicación. En la sala, junto con nosotros, hay como un centenar de espectadores cuyas profesiones se pueden incluir dentro o muy cercanos a la esfera del tema del congreso. En un momento dado, uno de los ponentes, alguien relativamente bien conocido en el sector, con una buena reputación fruto de muchos años de profesión, dice una frase, completamente en serio, sobre como “comportarse” en los Medios de Comunicación: “Si bebes, no hables en la Radio”.
Obviamente, estás pensando lo mismo que yo. Que se trata de un consejo pelín “peroquemeestáscontando”, uno de esos que de obvio es cercano al absurdo. Podíamos agruparlo con “Si bebes, no llames a tu jefe”, o “Si bebes, no hagas malabarismos con botellas”. En fin, que a nadie se le ocurriría dar un consejo así, que hay cosas que se sobrentienden.
Pues el pasado jueves, en #Iredes, un congreso sobre Redes Sociales celebrado en la bella ciudad de Burgos (me ha encantado, voy a tener que volver, voto a brios), un conocido, y prestigioso periodista, Ramón Trecet, se descolgó dando el mismo mensaje, pero dirigido a Twitter: “Si bebes, no tuitees”. Y se recordaron casos como el del ínclito Vigalondo, ese al que dicen algunos que hay que respetar un peculiar sentido del humor. No se si fue Trecet el que añadió que se puede perder la reputación en un tuit. Para rematar la “faena”, otra de las ponentes, no recuerdo el nombre, muy apoyada y cruzadas las piernas ella, añadió que era curioso, que en la literatura sí era bueno beber, que ayudaba a crear.
Así que, más o menos, seguimos igual. Pensando que Twitter es como algo extraño, irreal, un ente azul que parece empeñado en no dejarse controlar por las privilegiadas mentes de los grandes de la comunicación. Aunque quizás no estaría mal que dejaran de empeñarse en algunas actitudes y abrieran las orejas y los ojos a determinadas cuestiones.
Por ejemplo: Twitter no es, o más bien no sólo es, un teléfono. Lo de ir diciendo “tuits” a cargo de alguien pretendidamente gracioso o atractivo ya está inventado hace décadas en la radio, por ejemplo. Es desaprovechar al menos el 75% de la potencia de Twitter como herramienta utilizarla como un simple listado de opiniones.
Twitter no hace diferente al profesional de cualquier sector porque sí. Se tiene que seguir siendo bueno en lo que sea. Twitter no te hace mejor periodista, mejor escritor, mejor actor o mejor presentador de informativos. Simplemente te ofrece un nuevo camino y una nueva potencialidad. Si detrás de tu avatar no hay nada… la culpa no la tendrá el Pájaro Ázul.
Twitter no es ningún elemento extraño, no es un ente monstruoso que anda por ahí. La característica principal de esta herramienta (que haya que repetir esto…) es que está compuesta de personas. No se trata de beber o no si se tuitea, señor Trecet. Se trata de comprender que si se tuitea, habrá personas al otro lado leyendo el tuit, y sus reacciones serán las lógicas de serlo. Si usted es un periodista y la persona que lo lee entiende que está borracho informando, no pensará bien de usted. Pero es que entiendo que tampoco habría ido a dar una ponencia bebido, o a un funeral. A ese plugin para que Twitter no de esas sorpresas que tanto “molestan” a algunos de los que se le van acercando se le llama “sentido común”. Los que estamos en Twitter, usted, yo, él. somos personas. Si se quiere tuitear borracho, pues bien, no ocurre nada que no ocurra en otro sitio. Incluso habrá gente que lo haga a propósito, porque le apetece o porque se divierte así, o porque no todos somos periodistas y lectores en Twitter. Lo que si somos todos en Twitter somos personas. Y Señor Trecet, lo de saber comportarme según donde esté, ya me lo dijo mi madre un poco antes de salir al primer sitio donde ella no me acompañaba, hace ya unos años.
Para terminar, Twitter también vale para crear, en relación a lo dicho por al señorita apoyada tan divinamente. Obviamente no para crear novelas o largometrajes, pero sí para una literatura mínima, extrema en eso, y más rica de lo que pueda parecer en un primer vistazo.
Y en resumen, indicar que ya va siendo hora de que se entienda que Twitter no es tan sólo un receptor, sino también un emisor con la misma fuerza en potencia para un gran medio que para una persona individual. Que si una norma de convivencia, educación, comportamiento y respeto indica que no es malo tener en cuenta a quien nos escucha o ve para saber como comportarnos, eso no cambia en un Patio donde los vecinos que nos encontramos empezamos a estar hartos de que se nos trate como si sólo valiéramos para que nos hablaran desde la terraza del segundo izquierda. Aunque ellos verán… siempre pueden seguir sin beber para tuitear mientras sus medios se van al pairo sin seguir entendiendo lo que pasa.