Fue el viernes, en un concierto de Kelly Price & Friends previo a la entrega de los Grammy, a los cuales Whitney tenía pensado asistir.
En ese concierto Houston se subió al escenario y entonó espontáneamente la cancón gospel "Yes, Jesus loves me" testificando en quien ella tenía puesta su fe. Poco después fue hallada muerta en el cuarto piso del Hotel Hilton de Beverly Hills.
Sin embargo superando los malos momentos, siempre destacó su creencia en Jesús afirmando que "los cambios por los que pasamos, las transiciones que atravesamos, las pruebas que se nos presentan, como madre, luego como madre sola... todo tuvo sus altibajos, pero siempre mantuve mi fe".