De esta manera, se debe reiterar que ser condenado al paro ya no debe dar miedo porque se trata de una oportunidad de mejora que permite amoldarse a la flexibilidad que exige el mercado. Es decir, nos predispone a trabajar más y cobrar menos, al arbitrio del empresario de turno y sin cobertura legal que prevenga los abusos y la explotación.
De esta manera, se debe reiterar que ser condenado al paro ya no debe dar miedo porque se trata de una oportunidad de mejora que permite amoldarse a la flexibilidad que exige el mercado. Es decir, nos predispone a trabajar más y cobrar menos, al arbitrio del empresario de turno y sin cobertura legal que prevenga los abusos y la explotación.