Si decido quedarme, de Gayle Forman
Publicado el 07 marzo 2014 por Belldandy
@belldandy_18
Dos años ha estado dando vueltas por mis estanterías este librito de apenas 180 páginas. Desde antes de hacerme con él, en la edición de Círculo de Lectores con esa portada tan preciosa (es más bonita en la realidad, la foto no me ha dado los colores correctos) he leído (por encima, eso sí) reseñas, y la inmensa mayoría de ellas, muy positivas. Ha dado tiempo incluso a que saliese una continuación, Lo que fue de ella, que parece que está incluso mejor valorado que éste. Y ya digo que si éste me ha gustado, estoy deseando que me surja la oportunidad de hacerme también con él.Argumento: Mía tiene diecisiete años, un hermano pequeño de ocho, un padre músico, una madre que es un desastre en la cocina y el don de tocar el chelo como los ángeles. Muy pronto se examinará para entrar en la prestigiosa escuela Julliard, en Nueva York, y, si la admiten, deberá dejarlo todo: su ciudad, su familia, su novio y sus amigas. Aunque el chelo es su pasión, la decisión la inquieta desde hace semanas.
Una mañana de febrero, la ciudad se levanta con un manto de nieve y las escuelas cierran. La joven y su familia aprovechan el asueto inesperado para salir de excursión en coche. Es un día perfecto, están relajados, escuchando música y charlando. Pero en un instante todo cambia. Un terrible accidente deja a Mía malherida en la cama de un hospital. Mientras su cuerpo se debate entre la vida y la muerte, la joven ha de elegir si desea seguir adelante. Y esa decisión es lo único que importa.Maravilloso. Triste. Esperanzador. Precioso. Duro. Real. Breve.
Todo eso es lo que me ha parecido el libro. Es maravilloso porque la autora ha creado una historia pequeñita por su brevedad, pero muy grande por su intensidad. También le aplico ese adjetivo porque es un libro que llega, que en muy pocas páginas nos cuenta toda la vida de la protagonista, su familia, su novio y su mejor amiga. No hay espacio para que nos cuente todo de todos, pero sí que le da tiempo a hablar de lo justo y necesario para conocerlos a la perfección y sentirlos cercanos y reales.Por otra parte, es un libro triste que me ha hecho humedecer los ojos aunque no he acabado llorando. Por poco. Mia es una adolescente que se lleva muy bien con sus padres y su hermanito. Los adora a los tres y es de las pocas jóvenes de su edad a las que le gusta salir con ellos un día que tenga libre. Y en un momento, todo se tuerce. Además, la autora nos hace sufrir un poco más al mantener la intriga de qué ha pasado con el pequeño. Fuera de su cuerpo, en la carretera en la que sucede todo, ella llega a ver los cuerpos de su padres, pero no a Teddy porque se queda clavada cuando, después de verles, se ve a sí misma en el suelo. Tardamos más de medio libro en saber si él también ha sobrevivido o no. Y como en todas las páginas que hay hasta que sabemos qué ha sido de él, la intriga y la tensión se va sumando al cariño que el pequeño es capaz de despertarnos desde los ojos de su hermana.También es esperanzador porque nos muestra motivos por los que uno puede agarrarse a la vida y luchar por ella a pesar de que no siempre las cosas vayan a la perfección. Quizás es un poco cliché, no lo niego, pero este tipo de historias son así. No es una trama muy original, pero siempre que se haga con mimo, es una historia que funciona, que transmite su mensaje, y éste lo ha conseguido.Es precioso porque la pluma de la autora, sin intentar ir hacia lo poético, tiene un estilo que llega y emociona. No usa artificios ni se va por las ramas. Se basa todo en saltos entre el presente del accidente y el hospital y los recuerdos de Mia. Un párrafo está recordando cómo fue su primer beso con su novio y al siguiente nos devuelve al cruel presente con el listado de todo lo que padece su cuerpo. Y esto es sólo un ejemplo. Así, en cierto modo, se crea una montaña rusa de sensaciones, pasando de recuerdos más o menos felices a una situación crítica.Lo más duro del libro es la decisión que debe tomar la protagonista. Lo fácil es pensar que cualquiera se agarraría con uñas y dientes a la vida, que no hay ninguna decisión que tomar. Pero no es así en el caso de Mia pues ha perdido a su familia, su adorada familia. Según nos va hablando de ellos, entendemos que para ella quedarse sería demasiado duro y difícil. Los que viven sufrirán su pérdida pero seguirán viviendo y se repondrán, pero para ella, tal vez resulta más fácil dejarse ir. Por eso también es real, porque la vida es compleja y cada persona es un mundo. Ni siquiera lo que uno piensa ahora tendría que valer si llegamos a vivir esa situación. Es real porque accidentes como el que le ocurre a su familia pasan con frecuencia. No sé vosotros/as, pero cuando en el telediario relatan algún caso concreto de accidente y dicen que ha sobrevivido sólo uno de los hijos ¿no os planteáis si ese chico/a desearía haberse ido con su familia? ¿si llegará a ser feliz? ¿qué clase de vida tendrá a partir de entonces? Mia tiene la oportunidad de elegir y cualquier frase habitual de "tu familia querría que vivieras" o similar no le aporta nada. Ella ya lo sabe. Pero es su decisión.
"Ahora me doy cuenta de que morir es fácil. Lo duro es vivir."
Y ya, como pega minúscula que soy capaz de sacar es su brevedad. Pero es tan leve esta pega que ni siquiera la considero como tal. Más páginas no aportarían más de lo que ya da. Saber más de su pasado, sus familiares, novio y amigos sólo demoraría el momento de tomar la decisión y quizás intentaría ir hacia lo lacrimógeno sin éxito. Si decido quedarme es una historia que invita a reflexionar y no se debe tomar a la ligera pensando cuál es la decisión más obvia. Nos encontramos con una pequeña joyita a la que no le puedo sacar una sola falta. Es una historia intimista, sutil, que sin darnos cuenta, se nos instala dentro y se quedará dando vueltas para siempre.