Dios está en Facebook. Y en Twitter, y seguramente en Google+, Instagram, Pinterest, y miles de blogs y sites. ¿Hablamos de comunicación? Te contamos por qué si Él está, también debes estar tú.
“¿Este post es blasfemia o evangelización?”, te debes estar preguntando. Ni lo uno ni lo otro. Hablamos de marketing.
El Papa de Roma tiene cuenta en Twitter y es el representante terrenal de Dios. No contento con esto, el Vaticano y sus instituciones multiplican su presencia en las redes como panes y peces. Así que aviso para internautas:
Si no estás, no existes. Si no existes, no vendes.
¿Por qué hemos dado un título tan provocador a este post?
- La Iglesia es el ejemplo perfecto de una institución reacia a las nuevas tecnologías, anclada en fórmulas tradicionales, poco innovadora. Como esos comercios que abrieron sus persianas hace 50 años y no han acometido una reforma interior. Curiosos, nostálgicos, con una belleza rara y muchas goteras y grietas por las que se cuela un desagradable frío. Si la Iglesia está en Facebook, tendrá motivos. ¿Tú también eras reacio a las tecnologías?
- La Iglesia vende un concepto. No productos ni servicios (al menos, en primer plano). ¿Qué es más difícil de vender? Sin duda, lo que hacen ellos. Si tienes un comercio o un negocio local, resultará seguramente más sencillo llegar a una audiencia con unos productos de calidad y unos precios ajustados, que con una ideas (más acertadas unas, menos otras) más etéreas que las burbujas de la Coca-Cola.
- Las malas críticas acosan a la Iglesia. Desde todas las direcciones y en múltiples aspectos: anticoncepción, colaboracionismo, corrupción financiera, silencios que encubren delitos… Y sabemos que las redes sociales no son el lugar más adecuado para quienes están expuestos a estas críticas. Y sin embargo, están ahí. La gestión de la reputación online puede desgastar a cualquier community manager, en situaciones de crisis. Pero al parecer, lo que se gana estando en las redes es superior a lo que se pierde. O… (segunda enseñanza), concéntrate en tu público objetivo y dale lo que busca.
Digamos que al llegar a este punto, nos dices: “De acuerdo, me has convencido”. ¿Qué necesitas para estar en las redes sociales?
- TIEMPO: fundamental y mejor que sea diario. Fijar una franja de X minutos en los que dedicarnos a las redes es una buena inversión en publicidad.
- CONOCIMIENTOS TÉCNICOS: básicos, para llevar con solvencia una cuenta de Facebook, Twitter o Google+. Y ya especializados para despuntar haciendo crecer el número de seguidores e impactos.
- INTELIGENCIA: mensajes claros y directos, que busquen un target (un público) muy definido.
- INFORMACIÓN Y DIVERSIÓN: Las redes sociales son principalmente un medio para el ocio. Pero también para la información veraz y bien argumentada. Aprender deleitando, que dirían antes. El formato con el que hacer llegar tus mensajes debería jugar con ambas ideas, o irlas alternando.
Dios está en Facebook. Y en Twitter. Y seguramente en Google+, Instagram, Pinterest… Dicen que está en todas partes. ¿Y tú, comienzas por Facebook?