(Destino)
Género: Romántica
296 páginas
Luisa viaja a una pequeña isla del canal de la Mancha donde el tiempo se detuvo hace siglos. Allí trabajará en un exquisito hotel regentado por un hombre misterioso que lo dirige con mano firme y estrictas reglas. Desobedecerlas tiene castigo,sin embargo, Luisa no puede controlar su curiosidad y se verá envuelta en situaciones límite y juegos oscuros ideados por el jefe. Su osadía será castigada, pero resolver el misterio que envuelve al amo tendrá recompensa. Él, exigente y distante, y ella, curiosa y de espíritu intrépido, chocan estrepitosamente. O de forma espectacular, depende de cómo se mire. Secretos, aventuras y enfrentamientos dan paso a un tórrido romance que bebe directamente de las grandes novelas románticas de siglo XIX.
Desde el primer momento en el que nos topamos con los primeros capítulos de la novela entrevemos que tiene un trasfondo de tres "grandes" libros e historias de nuestros tiempos como son: La Bella y la Bestia que sería la que se asemeja al libro en casi su totalidad, una mezcla de Cincuenta sombras de Grey y retazos de El fantasma de la ópera. Con este libro me he llevado una sorpresa ya que creía que podía ser algo más adulto y no tan juvenil, algo más romántico y no tanto misterio… pero vamos por partes.
El libro se nos presenta claramente como la mezcla de las dos primeras novelas que he nombrado anteriormente por lo que estén ellas unidas me llamaba poderosamente, ambas historias me gustan y para qué negarlo, Christian Grey siempre me ha resultado a la par que misterioso atrayente, pero en Si el amor es una isla me ha faltado mucho Patrick, el protagonista y el punto más fuerte de la novela, dejando paso al misterio ya no del amo y señor del castillo de Silence Hill, si no de la isla entera dándome la sensación de que en la protagonista no recaían los hechos, si no que los descubríamos a través de ella mientras iba conociendo a los personajes que Esther Sanz nos presenta en el libro y de ahí crear un halo de misterio que va unido de la mano del triángulo amoroso que encontramos entre sus páginas.
-Para demostrarte que no soy como mi padre, te ofrezco el sueldo íntegro de lo que ibas a ganar durante todo el año en Silence Hill.-¿A cambio de qué? -susurré sin atreverme a volverme.-De que te vayas con el primer barco de la mañana y te olvides de todo lo que has vivido aquí.
Luisa es una joven que ha partido de casa después de recibir una respuesta para trabajar en el hotel de la isla de Sark aún y así aceptando las crueles, duras y retrógradas normas que le nombran en dicha misiva. Pero cuando llega allí la cosa se complica ya que ha aterrizado en una isla que aún se rige por el feudalismo y la gente se viste como en épocas pasadas. Todo sea por ayudar a su padre con el costeo de su enfermedad. Patrick es el amo y señor de todo, el seductor, el misterioso, el cuerpo del libro viviendo siempre en la sombra que su padre le dejó antes de morir, una sombra oscura, llena de odio y maldad. Nunca se ha dejado ver el rostro siempre tras una máscara oculto y escondido en sus aposentos del ala oeste. Es un personaje al que todos tenemos pero que tiene el corazón más dulce de lo que todos creen. El que seducirá tanto a Luisa como al lector y por el que vale la pena leer el libro aunque la autora lo haya explotado poco.Después está Jim, el otro punto del triángulo y sobre el que recaen muchas acusaciones por parte de Patrick, ambos son como gallos de pelea que se disputan el corazón de Luisa. Además este mismo personaje no acabó de conquistarme como lo hizo el misterioso de Patrick. Un periodista que se ha refugiado en la casa del acantilado para investigar el pueblo y así seguir con el libro basado en él y curiosamente en Luisa. Junto con ellos habrá varios personajes más que compondrán tanto parte del castillo como del pueblo que le irán dando forma a la novela y al halo de misterio que hay en ella, que como os digo, a mí me ha parecido que la historia quedaba secundaria llegando hacia la mitad del libro.
Si el amor es una isla es un libro que al principio me ha atrapado muchsísimo con su protagonista pirncipal, Patrick Groen, pero que en cuanto el amo del castillo pierde protagonismo o apariciones, centrándose en el misterio del pueblo, al mismo tiempo la novela ha perdido fuelle junto con la resolución final, que no ha sido santo de mi devoción, la verdad, es lo que menos me ha gustado ya que en cierto modo parece previsible por lo que en ese punto me hubiera gustado equivocarme. Un libro muy juvenil que me hubiera gustado que no lo fuera tanto, incluso tenía expectativas en que fuera young adult, pero tampoco ha sido el caso. También se podría haber sacado más partido a su protagonista central para que hasta el último momento fuera un deleite que junto con ese final que nos ata todos los cabos del libro y que me ha desepcionado han sido los dos puntos negativos que le puedo dar a esta entretenida novela.