Pero, la realidad, es la realidad, el día a día en sus actos, comportamientos, decisiones y sus intervenciones en las sesiones de control, e incluso en su semblante, en sus gestos acreditan, sin informes psiquiátricos, que estamos ante un enfermo -un psicópata– con un perfil profundo de narcisista, ególatra, que llevado hasta sus últimas consecuencias le ha originado una enfermedad.
Para mantener ese ego narcisista, utiliza todas las argucias, al margen de la ley, e incluso se reúne con prófugos de la justicia (Puigdemont) para consolidar su ego.
Su perfil narcisista, aunque se incuba en su ADN, se desarrolla una vez que expulsado del PSOE, recupera la Secretaria General del PSOE y luego llega a ser Presidente del Gobierno de España.
En la actualidad, el ‘sátrapa’ de La Moncloa provoca miedo y no se detiene ante nada con tal de seguir ocupando el sillón presidencial. Cualquier otro, tras la impunidad mostrada por Pedro Sánchez, ya estaría desterrado de la política. Él no, el piensa gobernar indefinidamente y, si pudiera, suprimiría es engorroso trámite de la elecciones periódicas. Es lo que tienen las elecciones: puedes perderlas.
Hoy, su estado anímico con los procesos penales de su entorno familiar, de sus próximas personas de confianza (Ábalos, Víctor de Aldama, etc) le han hecho mella en su ego.
Ve fantasmas, en la ultraderecha, en medios de comunicación, en bulos, en «jueces fascistas». Su obsesión en este punto es verdaderamente enfermiza y su obsesión por la Presidenta de la Comunidad de Madrid es extrema.
El espectáculo de su huida, como una rata de cloaca, y cogido como un pelele por los guardaespaldas, en la visita a las poblaciones afectadas por la DANA, la gota fría, y dejando solo a su Majestad el Rey, evidencia el estado anímico del narcisista.
Pero surge, la pregunta: ¿Cómo incapacitarlo? En el ámbito privado, el mecanismo está previsto en nuestro ordenamiento jurídico, un juez resuelve su incapacidad.
En el ámbito público, ¿Cómo incapacitar a un político y si en este caso, se trata del Presidente del Gobierno,? ¿Cuál sería el mecanismo?
Una forma de incapacitarlo, sería que prosperara una moción de censura, una cuestión de confianza, o incluso una reprobación. Estas fórmulas, de momento parece no ser posibles, dada la mayoría «progresista» en el Congreso de los Diputados de España.
Otra fórmula, podría ser, que los partidos de la oposición PP y VOX , instaran a la Sala 2ª del Tribunal Supremo a iniciar un proceso de incapacitación basado, en el daño que el psicópata está haciendo a los españoles, a España, a las Instituciones y al Estado de Derecho, ¿qué mejor argumento que éste para pedir la incapacitación?
Miguel Bernad Remón, Manos Limpias.
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