Todos somos "healthy", porque se lleva
Está muy bien llevar una vida sana, sobre todo ahora que está tan de moda. Comerse una hamburguesa parece un pecado pero es muy habitual ver en Instagram platos de verduras y luego fotos de tartas que quitan el hipo. Ahí ya entra todo el mundo a opinar -en el caso de que se trate de una mujer- que si una está delgada o si simula la figura de las obras de Fernando Botero. Opinar siempre fue gratis... Pero todo el mundo le da la comida menos sana, aunque no lo muestre al público. Entiendo por comida sana todo lo que no engorda, sin entrar en debates.
Aunque parezca absurdo y sin querer denominarlo "healthy life" yo vivía así (desde mi punto de vista): comiendo muy sano pero con el capricho de un pastel (de obrador), galletas, chocolate con almendras o chocolate negro y helados, básicamente. No a todas horas, pero sí de vez en cuando, fruta incluida.
Nunca he bebido alcohol ni tomado drogas o fumado, por no hablar de que tampoco como gominolas ni bollería industrial, por lo que de algo tenía que vivir.
Las etiquetas y yo: una gran amistad
Cuando la intolerancia a la lactosa se plantó en mi organismo pensé que era una broma de mal gusto. Y de hecho lo ha sido. Durante toda la vida he tenido problemas de estómago hasta que hace un par de años llegó el diagnóstico por lo que aún me encuentro en fase de ¿novata? ¿neófita? Me entenderás si te encuentras en la misma situación que yo, si eres celiaco, diabético, alérgico al marisco, tienes problemas con los frutos secos o las frutas tropicales, etc. Aplicado a mi caso:
- Es complicado encontrar productos adecuados, la lactosa está en todas partes (hasta en el salchichón, el jamón de york y en alimentos que no se pueden ni imaginar)
- Muchos productos son más caros por poner SIN LACTOSA, aunque otros no la lleven y no lo indiquen
- Te dedicas a leer las etiquetas de todo y tardas el doble en hacer la compra en el supermercado y hasta en los bares pides el bote de mayonesa para ver si es de leche o de huevo
- La pregunta de: ¿tú no tomas la pastilla? se vuelve cuanto menos repetitiva. La pastilla es lactasa, necesaria para digerir la lactosa, es bastante cara. Además, Ni está científicamente probado que carezca de efectos secundarios a la larga (según los médicos que me han tratado) ni tampoco sirven a todo el mundo. Sin ir más lejos, conmigo no es efectiva.
Dime que no sabes qué es la lactosa, pero no me envenenes, por favor
-- En los restaurantes muchas personas que están de cara al público apenas tienen la formación suficiente y te venden productos sin lactosa sin tener pleno conocimiento de ello... yo sí hablo con conocimiento de causa porque me han envenenado en alguna ocasión
-- Te venden el queso de cabra como si no tuviera lactosa sin ser cierto o te aseguran que un queso no la lleva pero en la etiqueta sí aparece en los ingredientes
-- En los bares con suerte hay carta de alérgenos (algo nuevo) pero muchas presentan errores porque desconocen que la mantequilla es lactosa
--- Algunos restaurantes presumen de servir comida SIN LACTOSA pero no es cierto, ya que no significa que la comida tenga productos lácteos sin lactosa. Es decir, no puedes comer unos macarrones a la carbonara, solomillo al roquefort, canutillos de crema... nada de eso. Sin lactosa para los restaurantes (en su gran mayoría salvo cuatro mal contados y siendo generosa) significa que la comida no lleva queso, mantequilla, margarina con leche, nata, leche y similares. Eso significa que la carne te la comes a palo seco, a la pizza se le caen los ingredientes porque no le echan queso (y hay que estar agradecidos ya que muchas masas tienen derivados de la leche), el postre se traduce en fruta del tiempo...Y si ese día llegas tarde a casa hasta te mareas porque no has conseguido comer nada.
Las fotos que muestro son del resturante pizzería Byron en Bérgamo (Italia) donde había pizza con mozarella sin lactosa y algunos postres sin lactosa, como la tarta de queso con mango. Eso se llama interés.
--- Tampoco suele haber mucha empatía por parte del entorno más cercano ya que es muy común la frase de: "porque comas un día no te pasa nada, anda cómete mis galletas con relleno de nata que las hice ayer, no me hagas el feo". Todo el mundo se guía por opiniones sin fundamentos, por algo que leyó en alguna parte o simplemente hablan por hablar. ¿Cómo que por una vez no pasa nada? Se nota que no enferman ellos... Yo no te hago el feo y me paso dos días vomitando como poco, por no nombrar el resto de cosas que pasan y no tiene arreglo, no se pasa el mal rato con un ibuprofeno. ¿Puedo opinar yo también sobre ti?
--- En las bodas y otros eventos, por mucho que se advierta, nadie se preocupa por el intolerante o alérgico. Con suerte los organizadores avisan: "hay un intolerante". Y en la cocina dicen: "cambia un postre por un plátano". Te plantan un plato de ensalada de bolsa (ojo, tampoco puedo ingerirla) y de postre, fruta y a comer. Eso sí, pagas como todo el mundo y te tienes que quedar hasta el final. Si te mareas de hambre te dicen: "¿por qué no has comido?", "si no podías comer, haber traído algo", "yo avisé al catering" (pero no te aseguraste) y la joya de la corona, "¿por qué no lo dijiste?". No hay más sordo que el que no quiere oír. Soy pesada por recordar que no puedo comer pero los demás no son pesados recordando sus eventos. Empatía para todos, ¡por favor! Si abandono la boda para irme a comer y luego volver también es una ofensa. ¿Por qué hay tanta solidaridad para todo excepto para la alimentación que una persona no elige, sino que se le impone?
--- Sigo en el tema de las bodas: hay falta de interés. Simplemente la receta del tocino de cielo no lleva leche y hay helados elaborados con hielo. Se llama interés, insisto. Interés que yo tenía con mi alrededor mucho antes de saber que yo también caería en las redes de alguna intolerancia alimenticia.
--- Y lo que te invita a desparecer: "¿de verdad que no puedes comer nada de eso? Uf, yo me moriría". Le dedicas un gracias interno mientras yo sola me araño por dentro.
--- En los aviones se lo curran con los menús vegetarianos, veganos, kosher, halal... todo lo que es una opción, es decir, la persona elige vivir con esa alimentación pero si la varía se perjudican sus principios pero no tiene efectos negativos en su salud. Pero a los intolerantes a la lactosa nos quitan el pan y nos colocan una tortita de arroz de las de dieta y fruta cortada, claro está. A los celiacos me imagino que ya ni los dejarán montarse en el avión...
Por suerte, la familia siempre está ahí y me han caído recetas sabrosas :-)
Soy intolerante a la lactosa, no vegana
Los vendedores de productos veganos aprovechan el tirón de los lactosos para que intentemos aficionarnos a sus productos. No tengo nada contra los veganos, pero no quiero una magdalena sin huevo, sin leche y sin nada de origen animal porque el sabor cambia mucho. Solo quiero algo sin lactosa.
Sé que mi problema con la alimentación podría ser peor, claro que sí, pero también debería poder mitigarse. De manera que en mi tarea por encontrar productos sin lactosa, me gusta que me pongan las cosas fáciles y llevarme una alegría de vez en cuando. El que me lleguen a casa de alguna manera es más que un alivio. Porque sinceramente, ya me agoto. La caja que recibo cada mes es la Degustabox con productos interesantes desde el punto de vista del paladar, si no para mí, es mi familia quien lo agradece.
Gracias a la Degustabox descubrí que las tortas sin azúcar de Inés Rosales, las patatas alioli de Carretilla, los mug cake de Dr. Oetker... y muchas otras cosas, no llevan lácteos.
Bien, dicho todo esto y si has conseguido leer hasta aquí, el contenido de la caja de este mes es el siguiente:
Cada vez que recibo la Degustabox me pongo a leer las etiquetas y cuando veo que algún producto está exento de lactosa, pongo el escudo delante e invito a los demás a que no se acerquen. ¿Por qué? pues porque como siga así, me extingo. Entre todo lo que no puedo comer más la lactosa que vive "escondida" en los alimentos, siempre como lo mismo. Afortunadamente Degustabox me da más de una oportunidad y suele incluir productos que no tienen lactosa por lo que mi paladar vuelve a despertarse. Si tengo que depender de cómo me tratan en la mayoría eventos como bodas, comuniones, bautizos, barbacoas, meriendas de amigos... me hacen odiar la fruta. Y tampoco puedo pasarme el día cocinándolo todo.
Milka trae un barquillo relleno de chocolate que por mi intolerancia a la lactosa no he podido saborear pero he podido disfrutar viendo a Mamá Envuelta en Crema y el Señor Untando en Crema devorarlos. Sí, ya hablo como las abuelas, me conformo viendo comer a los demás... Señores de Milka, compasión con los intolerantes a la lactosa, ¡no perdemos el gusto por el chocolate! :-) ¡Amo el chocolate! Cómo no amarlo si cuando era pequeña mis padres me preparaban cada mañana un trocito para tomármelo en el desayuno en el colegio (era mi tesoro) y mi abuela me daba pan con chocolate...
2. Palitos de aceite de oliva de Quely
Este tipo de "quita hambre mientras la comida se hace" gusta mucho en casa, así que nos ha encantado que estuviera incluido en la caja. ¡Y me los he podido comer! ¡buenísimos!
3. Mermelada de La Vieja Fábrica: higos / zanahoria
Es la mejor manera de quedar bien con los invitados en casa ya que son mermeladas ideales para darle un toque especial a los aperitivos. Y siempre vienen bien, sobre todo para decir: "llevo toda la tarde preparándolas, unos sudores de estar en la cocina...". En serio, no defraudan.
Yo siempre fui el monstruo de las galletas hasta que el espíritu santo me regaló una intolerancia a la lactosa. No sé, si fuera diminuta me encantaría vivir en un bote de galletas... siempre fui adicta a las cookies :-)
De manera que estas galletas las miré mientras una lágrima recorría mis mejillas... :-P Volaron pronto, porque el Señor Untado en Crema arrasa con lo que le coloco en la despensa. Es más agradecido... además, son galletas que siempre compraban en su casa.
5. Nata Especial Masas de Central Lechera Asturiana
Me cuentan que terminó en una tarta tres chocolates que por lástima ni me enseñaron... Tarta tres chocolates que llevo sin probar desde hace tanto que ni me acuerdo. Ante esto, me planteo mi existencia... el turismo gastronómico ya no es lo que era... No hace mucho estuve en Italia y ante mi desperación ya que usan queso, nata y leche para todo pregunté en una panadería: "¡pero qué comen los intolerantes a la lactosa en Italia, que no hay de nada!". Y la respuesta de la italiana fue: "Poccco". Tuve que reírme...
En cuanto a la tarta, sí me comentaron que la tarta quedó buenísima y bastante consistente, por lo que es una nata muy a tener en cuenta en repostería.
Este edulcorante bajo en calorías me hizo sonreír. Como los flanes que venden sin lactosa dejan mucho que desear (aunque por suerte, existen) y encima nunca con menos azúcar, el Señor Untado en Crema se mete en la cocina y elabora flanes para mí. Flanes que luego se come conmigo porque al final le está cogiendo el gusto a mi comida y todo...
Con este edulcorante quedan los flanes la mar de dulces pero en su justa medida, sin sabor artificial y con menos calorías. Benditos flanes fresquitos...
Cuando llegó la Degustabox a casa yo acababa de llegar de una boda en pleno césped donde me habían acribillado los mosquitos y me remedio era restregarme hojas de aloe vera por la piel porque los picores eran insoportables. Así que cuando vi el agua de aloe vera no dudé en bebérmela, por si servía de algo. Bien es cierto que ni me acuerdo a qué sabía pero es que las picaduras de mosquitos casi me dieron fiebre... qué mal cuerpo.
8. Quelitas crujientes de Quely
Más buenos imposibles. Más originales que un pico convencional. ¡Me encantan y me los puedo comer! Y si no que le pregunten a la tarrina de hummus con qué se acercan mis dedos :-)
9. Cerveza fresca San Miguel
Esto no lo he probado porque en casa somos abstemios. Por lo que se ha encargado de estas dos botellas Hermano Envuelto en Crema, aunque en la familia hubiera más candidatos. Solo recuerdo que me preguntó: "¿no hay más?".
Este té verde de limón fue MÍO :-) Hace meses me aficioné a los tés rojos y verdes, así como otras plantas, pero todo con propiedades depurativas y diuréticas. Y me planteaba qué hacer cuando llegara el calor. Ya ha llegado, por cierto. Por lo que me ha encantado para ir abriendo boca y que lleve limón más aún, porque es lo que uso para endulzar y ocultar el sabor de las infusiones.
11) Patatas fritas Xtra Onduladas de chili picante
Estas patatas picaban muchísimo por lo que solo las recomiendo para personas a las que les vayan las emociones fuertes.
Puedes encontrar a Degustabox en Facebook y Twitter.
Estoy deseando ver la siguiente caja de Degustabox y me encantaría encontrarme productos sin lactosa, como en otras tantas ocasiones, pero que sean de chocolate, crema... todo lo que está bueno :-) Sé que hay más intolerancias y alergias pero la publicidad de los alimentos sin lactosa los presentan como más fáciles de digerir por lo que seguro que le viene bien a más de uno.
¿Qué te ha parecido la caja?
¿Tienes alguna intolerancia alimenticia
que te haga plantearte la existencia?
¡Besos! ¡gracias por tu comentario!