Los que me conocéis un poco, a fuerza de pasar por este rincón, sabéis que no me gusta dar consejos.
No me gusta decirle a nadie lo que tiene que hacer o cómo cuidar, educar, tratar a sus hijos. Creo que todos hacemos lo mejor que sabemos y que no todo es bueno para todo el mundo.
Pero es cierto también que contar las propias experiencias puede ser útil a otras personas que estén pasando por una situación similar a encontrar una vía de salida.
Como ya os conté con esto de cangrejín no habla, tuvimos una cita con una psicóloga infantil y logopeda con la que estuvimos más de dos horas hablando sobre la situación y circunstancias familiares.
La falta de sueño y el poco comer fueron las primeras cosas que nos dijo que íbamos a solucionar. Para ello, aunque cangrejín llorara un poco al principio teníamos que ser fuertes. Teníamos que conseguir que mejorara su alimentación, y que comiera de día, y no biberones por la noche como estaba haciendo ahora (dos o tres nocturnos).
Le explicamos a cangrejín que por las noches ya no se podía tomar biberones ni comer, y que después de la leche de antes de dormir ya no iba a tomar nada más hasta la mañana siguiente. Reconozco que las dos primeras noches protestó un poco, sin llegar a llorar o despertarse, pero desde entonces, la cosa ha cambiado mucho.
Ahora duerme toda la noche, a veces pide comida pero le digo que no y se vuelve a dormir. Hacía mucho tiempo que no dormía noches enteras, y él nunca claro, hasta ahora. Lo que ha traído consigo cambios en otros aspectos. Uno es la comida, se levanta con hambre y desayuna, se come todo el almuerzo, come, merienda y cena, lo que ha supuesto un cambio importante en su alimentación.
Además, el dormir bien, comer bien y la ayuda de la logopeda se están notando mucho en él.
Si lo hubiese sabido antes ...