Si los números pudieran hablar
Existen multitudes de nombres, algunos de ellos se han convertido en famosos y todos conocemos su nombre y apellidos. Tenemos a PI con su 3,1415, Número Áureo y su 1,61 y así podríamos seguir con cientos de ejemplos, unos más conocidos y otros con menor fama, pero no por ello menor importancia.
Lo relevante es saber exactamente que significan y que es lo que esconden detrás. Si os pregunto que representa PI, ¿cuantos sabríais contestar?, ¿cuántos sabemos que es la relación entre el radio y la longitud de la circunferencia?. Con estos mismos parámetros podemos empezar a preguntar que significa cada dato y que representa el mismo. Por poner un ejemplo más del mundo real, ¿que es el 23,2%?, exactamente es el número de parados en España. ¿Y 4,8%?, lo mismo en Alemania.
Parece claro que si comparamos los números estamos bastante mal comparados con teutones, pero antes de caer en la confianza de asimilar las cifras al proceso de su resultado, ¿realmente miden lo mismo?. Todo parece que si, al menos el nombre que usamos es el mismo pero si analizamos que hay detrás vemos que en Alemania no constan como parados aquellos que tiene un minijob, los que están estudiando, discapacitados, parados de larga duración, etc… así que aunque sea una cifra ostensiblemente más baja que la española, por su propia forma de contabilizarla no debería de compararse directamente con el dato en España.
Estas trampas mentales, como que los pisos son sólo diez por ciento más caros en otras ciudades europeas. Parecería que en el fondo la vivienda no era tan cara, pero si lo miramos con los ingresos que entran en cada familia, veríamos que no es lo mismo tener un SMI de seiscientos euros en España que uno de mil quinientos en Francia (son cifras que digo de memoria, no tienen porqué ser exactas).
Si asumimos que en la economía los datos se retuercen para dar información sesgada, que no ocurrirá en el marketing y la comunicación corporativa, cuya su única finalidad es presentar la realidad más favorable a nuestros intereses. Damos cifras con un nombre que pensamos que tiene un significado muy concreto pero que se diluye cuando lo investigamos. El ejemplo más claro son el número de usuarios, todos tendemos a pensar que son personas que usan la plataforma pero en el fondo se incluyen todas las personas que aunque no usen el sistema, se dieron de alta en su momento y ahora no tienen la más remota idea de como darse de baja, cuentas fantasmas y un largo etcétera que podría representar el 20%.
Datos como el page rank, alcance orgánico de Facebook y ese largo listado de cifras que nos colocan delante de nuestras narices y que no podemos saber de dónde aparecen y como se calculan. Son gominolas del ego que ingerimos como si no hubiera mañana, sin darnos cuenta que sino moderamos y entendemos su consumo, acabaremos siendo diabéticos.
Enganchados a la nueva insulina que nos permita funcionar, sin conocer realmente que nos están diciendo los números solo seremos consumidores de datos, y el salto cualitativo que es el conocimiento y que llevó a la especie humana de las cuevas de Altamira a la superficie de la Luna, se perderá y con ello, toda esperanza de un mundo mejor para nosotros y nuestros semejantes.
Película: Pi
- Bio
- Google+